Uno de los fabricantes que más tarde y con menor ambición ha tratado la transformación hacía el coche eléctrico es Honda. Una marca que se ha quedado muy atrás, como también otras japonesas como Toyota, pero que además de no realizar una apuesta decidida, insiste en que no ven potencial de ventas coche eléctrico ni a corto ni a medio plazo.
Se trata de una posición cuando menos llamativa, ya que la propia Toyota a pesar de entrar tarde, lo hará con una amplia gama que abarcará prácticamente todos los sectores. Pero para Honda este no es el camino, y según su director ejecutivo, Takahiro Hachigo, no habrá un importante incremento de las ventas de eléctricos en los próximos años.
Y no hablamos de uno o dos años, ni de cinco…ni de diez. Según el Sr Hachigo, en 2030 la gama de Honda estará formada un 75% por modelos electrificados. Pero entre estos se incluirán híbridos convencionales y Mild hybrid, híbridos enchufables, hidrógeno mientras que los eléctricos a batería serán una parte residual de este mix.
La clave de esta posición conservadora es la esperanza de Honda de que con los modelos híbridos puedan cumplir con las normas de emisiones que cada vez más mercados están imponiendo. Algo que no les empujará a la electrificación completa de sus vehículos más allá de algunos modelos que serán lanzados en mercados concretos.
Es el caso del Honda e, que llegará en 2020 al mercado europeo y que lo hará simplemente para cubrir el expediente en el aspecto del cumplimiento de emisiones, y por cuestiones publicitarias.
Según el directivo de Honda, uno de los problemas lo encontramos precisamente en Europa, donde cada mercado tiene un marco regulatorio propio en aspectos como la recarga. Algo que hace muy complicado la expansión de las redes de recarga, lo que hará que el coche eléctrico no logre una cuota de mercado mínima en muchos años.
Opinión
Por supuesto el presidente de Honda debe saber muchas más cosas que nosotros sobre el mercado del automóvil. Pero tal vez este directivo se equivoque en una cosa, y es que la demanda está siendo baja pero no por que no exista interés, sino por que los fabricantes no cuentan con una mínima oferta, a lo que podemos sumar los elevados precios y la cuestión de la red de recarga. Pero en los próximos cinco años estas cuestiones vivirán una verdadera revolución, lo que debería servir para romper las barreras y lograr cifras de ventas cada vez más y más altas.
Y es que es extremadamente arriesgado decir que para 2030 el coche eléctrico apenas tendrá importancia en el mercado, sobre todo cuando estamos viendo que la demanda está provocando que en algunos mercados las unidades de ocasión disparen sus precios por la falta de oferta. Una señal alta y clara de que cuando los precios bajen, las autonomías aumenten, y las redes de recarga se expandan, habrá un incremento anual importante que puede que siga siendo muy pequeño comparado con los modelos diésel gasolina o híbridos, pero donde está claro que Honda no logrará sacar partido.
Y no es sólo nuestra opinión, y es que según Bloomberg los coches eléctricos igualarán los precios de los modelos de combustión en 2022. Algo que de por si ya supondrá un espaldarazo para la tecnología. Pero por delante tendrán todavía casi ocho años hasta 2030 donde Honda todavía no tiene esperanzas para este sector que no hay que ser un adivino para pensar que vivirá nuevas evoluciones en todos los aspectos, pero parece que no lo suficiente para que Honda quiera participar del mismo.
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