El Aston Martin Rapide E es una berlina de representación (segmento F) 100% eléctrica derivada del Rapide de combustión, un veterano modelo que lleva a la venta desde el año 2009. Este vehículo fue presentado como el primer modelo eléctrico de la firma de Gaydon, siendo concebido como una suerte de laboratorio de pruebas para probar la tecnología que más adelante llegaría a otros modelos eléctricos de Aston Martin y Lagonda.
El vehículo fue desarrollado en colaboración con Williams Advanced Engineering. Cuando fue presentado algunos internautas quedaron decepcionados por la limitada capacidad de su batería: con 65 kWh, quedaba muy por detrás de otros vehículos de características similares. Su autonomía se quedaba por lo tanto en unos modestos 320 km bajo el ciclo de homologación europeo WLTP.
Su potencia de 610 cv y su par de 950 Nm le permitían compensar este modesto pack con unas prestaciones del primer orden: el modelo era capaz de hacer el 0 a 100 km/h en menos de 4 segundos, con una velocidad punta de 250 km/h. Gracias a un kit de carrocería específico el vehículo mejoraba su aerodinámica en un 8% respecto a un Rapide térmico.
El Rapide E disponía de carga a 100 kW de potencia en corriente continua, lo que se traducía en una recarga al 100% en menos de una hora. En corriente alterna la potencia máxima a la que podía acceder era a 22 kW, más que suficiente para recuperar el 100% de su autonomía en unas tres horas. El sistema eléctrico de 800 voltios y la batería estaban especialmente diseñados para soportar un uso intensivo en circuito (podía dar una vuelta completa al circuito alemán de Nürburgring sin que sus prestaciones se vieran afectadas).
Originalmente estaba previsto que Aston Martin fabricara 155 unidades del Rapide E. Sin embargo, parece que estos planes han sido cancelados: fuentes cercanas a la firma señalan que Aston Martin habría decidido no llevar a producción el modelo, si bien sus prototipos seguirían siendo utilizados como laboratorio de pruebas para los futuros coches eléctricos de la firma británica. En paralelo, la marca está centrando todos sus esfuerzos en aumentar la producción del DBX, su primer SUV.
Resulta curioso que Aston Martin haya paralizado sus planes de producir el Rapide E justo cuando se rumorea que el grupo chino Geely está estudiando invertir en la compañía inglesa. ¿Habrá llegado Aston Martin a la conclusión de que será mucho más barato utilizar la tecnología eléctrica de Volvo, Polestar y Lotus, todas ellas marcas propiedad de Geely, que desarrollar la suya propia? Probablemente salgamos de dudas pronto.
Fuente | Autocar
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