Los problemas de software a los que se enfrenta Volkswagen con el ID.3 están siendo todo un dolor de cabeza para la marca alemana. Un proyecto que para el jefe de ventas de VW, Jürgen Stackmann, se ha convertido en el más complejo de su historia reciente. A pesar de esto, desde el fabricante aseguran que tendrán e coche listo para comenzar sus entregas como estaba previsto.
Los primeros ID.3 comenzarán su distribución según el Sr Stackman, este verano. Además las líneas de fabricación de la planta de Zwickau alcanzarán un elevado ritmo ya este año donde se espera lograr una producción total de 100.000 unidades. Una cifra más que considerable que podemos comparar con las 100.000 unidades que Volkswagen ha entregado del Golf eléctrico entre 2014 y 2019.
Esto quiere decir que el ID.3 logrará en apenas seis meses la misma producción que el eGolf en cuatro años. Una marca sin duda ambiciosa que pone de relieve el optimismo de los responsables del fabricante germano.
Si esto se cumple, esto tendrá como consecuencia que el resto del proyecto eléctrico del grupo que usa la plataforma modular MEB podrá continuar con su planificación, con llegadas tan esperadas como la del SUV ID.4, que desembarcará antes de terminar el año, y al que acompañarán el hermanos gemelos de los ID.3 y ID.4, como el SEAT el Born y el Skoda Vision IV.
Pero lo más importante es que Volkswagen logrará, si cumple, engrasar la maquinaria para conseguir un ritmo de producción que en 2021 esperan les permita alcanzar una tasa estimada de entre 330.000 y 350.000 unidades, lo que le permitirán alcanzar una economía de escala destacable y transformar al ID.3 en el coche eléctrico más vendido de Europa ese año.
A pesar de todo los retos para la marca germana no se limitan al problema del software. El gran reto será lograr asegurarse un suministro de baterías suficientemente elevado como para atender estos niveles de producción y que supondrán lograr sólo para el ID.3 unos 20 GWh de baterías para 2021. Algo menos de la producción total en la actualidad de la Gigafábrica de Tesla en Nevada que está en torno a los 30 GWh.
Si Volkswagen logra superar estos dos retos, sin duda habrá logrado introducirse con éxito en el mercado del coche eléctrico, y convertir la transición desde los motores de combustión en una fuente de ingresos y de futuro. En caso contrario, corren el riesgo de que esta apuesta se convierta en un lastre para sus próximos ejercicios y un paso atrás en su posicionamiento en el mercado.
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