Hace unos años, Wim Ouboter y sus hijos Oliver y Merlin presentaron el Microlino, una reinterpretación eléctrica del Isetta, un microcoche muy popular durante la posguerra europea. El vehículo estaría disponible con dos baterías, una de 8 kWh y otra de 14,4 kWh. El motor de 20 cv de potencia le permitiría alcanzar los 90 km/h de velocidad punta, con un 0 a 50 km/h en apenas 5 segundos. La autonomía por su parte se estimaba en 125 km con la primera batería y en 200 km con la segunda. Una carga completa en un wallbox apenas debería llevar una hora por su parte.
Con un precio de partida de apenas 12.000 euros y una longitud de 2,4 metros, el Microlino rápidamente captó la atención de numerosos interesados: actualmente supera las 17.000 reservas, una clara muestra de que el público europeo está deseoso de tener acceso a vehículos eléctricos de corte asequible. Sin embargo, la prometedora carrera del Microlino se ha visto dificultada en los últimos tiempos debido a la empresa alemana Artega.
Micro Mobility, la empresa de Ouboter, llegó en su momento a un acuerdo con la italiana Tazzari y su división TMI para el desarrollo final del Microlino y su producción. Sin embargo, en 2018 TMI fue vendida a Artega. Ahí comenzaron los problemas: Artega no mantuvo a ningún empleado de TMI y los retrasos comenzaron a acumularse. Klaus Dieter Frers, cofundador de Artega, exigió el último pago a Micro Mobility cuando consideró que el desarrollo del vehículo había finalizado, pero la empresa detectó varios fallos técnicos y aplazó el pago hasta su solución.
Tras esta decisión, Frers se apropió del proyecto Microlino debido a que consideraba que Artega había desarrollado significativamente el vehículo a pesar de la negativa de Micro Mobility de realizar el último pago. En este contexto presentó su propia versión del Microlino, el Karolino. Micro Mobility por su parte afirmó que llevaba cuatro años inmersa en el proyecto, mientras que Artega apenas se había incorporado hacía unos pocos meses. Curiosamente, Artega ya había registrado varios dominios web con el nombre Karolino antes de la compra de TMI, lo que pone en evidencia que el objetivo de Frers siempre fue el de hacerse con el proyecto del Microlino.
De acuerdo con Frers, el contrato de TMI con Micro Mobility establecía que la primera sería el productor exclusivo del Microlino en Europa, pero al no especificarse derechos de distribución exclusivos para Micro Mobility, Artega podía vender el mismo vehículo con un nombre diferente. Tras una serie de disputas legales, el pasado 2 de enero Micro Mobility y Artega llegaron a un acuerdo: Wim Ouboter pudo recuperar la licencia de fabricación del Microlino, confiando su producción a la italiana CECOMP, mientras que Artega recibió la autorización para fabricar el Karolino, ahora rebautizado como Karo-Isetta.
Debido que CECOMP necesitará cierto tiempo para preparar la línea de producción del Microlino, hasta 2021 no llegará al mercado. Además, Wim Ouboter detectó una serie de fallos de diseño en las 22 unidades de preserie fabricadas por Artega, lo que le llevó a tomar la decisión de introducir una serie de cambios en el vehículo para cumplir con sus objetivos de rendimiento, calidad y seguridad.
Ahora, Micro Mobility ha presentado el Microlino 2.0 con una serie de mejoras de gran calado. Así, el chasis ha recibido numerosos cambios, mientras que el ancho de las vías traseras se ha ampliado para mejorar la estabilidad. El interior también se ha rediseñado (ahora es más espacioso y la columna de dirección ha pasado a ser fija), mientras que el motor eléctrico es más potente y eficiente. Sin embargo, la autonomía y el precio objetivo no han cambiado.
Junto con el Microlino 2.0 Micro Mobility ha presentado el scooter eléctrico Microletta, una moto de tres ruedas inspirada en la estética del Microlino. El vehículo tendrá dos baterías extraíbles, una velocidad punta de 80 km/h y una autonomía de 100 km. Con un precio de 4.900 euros, se convertirá en un duro rival de modelos como la Silence S01 y la Vespa Elettrica.
El Microlino 2.0 se venderá tanto en Europa como en China a partir de 2021. Artega por su parte pretende comenzar las entregas de su Karo-Isetta en abril de 2020; sin embargo, a nivel técnico será un clon del Microlino 1.0, por lo que no tendrá corregidos los fallos detectados por Micro Mobility, convenientemente subsanados en el Microlino 2.0. El precio del Karo-Isetta será de entre 15.122 euros y 18.500 euros.
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