Una de las principales quejas de los en líneas generales satisfechos clientes de Tesla es la baja calidad constructiva de sus vehículos. A pesar de que en los últimos años la compañía ha mejorado en este apartado, lo cierto es que todavía son muchos los testimonios de propietarios que se encuentran con paneles mal ajustados y tolerancias poco consistentes en sus Tesla nuevos.
En el caso concreto del Model 3, una de las críticas más generalizadas es la relativa a la baja calidad de su pintura. En su momento la Cámara de Comercio Central de Finlandia concluyó tras una inspección que la pintura del vehículo es muy pobre en aspectos como el grosor y la dureza, algo que a su vez puede conllevar desgastes prematuros. Esta inspección fue solicitada por los abogados de Joni Savolainen, propietario de un Model 3 cuya pintura se encontraba muy dañada a pesar de haber recorrido apenas 2.200 km.
Este problema, unido a los malos ajustes de algunas piezas que rozaban entre sí, provocó la aparición de óxidos prematuros en algunas partes de la carrocería. Al darse a conocer este caso, numerosos propietarios dieron testimonio de problemas similares en los foros especializados de la marca, poniendo en evidencia que la baja calidad de la pintura del Model 3 es un hecho generalizado.
Entre otras cosas, algunos usuarios alertaron de fallos como imprimación expuesta en las puertas, en las bisagras del maletero, en la parte posterior de algunos paneles, en la base de los pilares A y C, en las puertas… Además, algunas unidades tenían incluso el acero desnudo completamente expuesto debido al insuficiente espesor de la pintura, algo que probablemente afecte de forma directa al envejecimiento de los coches.
Ahora, el YouTuber Ryan Shaw ha confirmado lo que muchos temían: el Tesla Model Y padece de problemas de pintura similares a los de su hermano sedán. El usuario tuvo que llevar su recién estrenado Model Y al servicio técnico de Tesla para reparar algunos defectos que traía el coche de fabrica, y después contrató a unos expertos en detailing que observaron que el coche todavía presentaba numerosos problemas, con un grosor de las capas de pintura muy desigual e imperfecciones que hacían que más que nuevo el vehículo pareciera usado. La conclusión de Shaw es que Tesla necesita mejorar urgentemente sus controles de calidad para evitar que se den este tipo de situaciones.
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