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Según Greenpeace, para cumplir los objetivos de París, Europa tendría que dejar de vender coches diésel y gasolina en 2028

Greenpeace ha presentado un extenso informe titulado «Una transformación radical de la movilidad en
Europa: explorando la descarbonización del sector del transporte para 2040» donde analiza los retos a los que se tendrá que enfrentar nuestro mercado para lograr reducir las emisiones y cumplir con los objetivos impuestos en los acuerdos del clima de París.

En este estudio se indican los factores que tendremos que afrontar para lograr reducir las emisiones de uno de los sectores que más impacto tienen en Europa, y que abarcará desde la propia reducción de la necesidad de transporte, con un 47% menos vehículos en las carreteras para 2040, hasta un incremento del 48% en el uso del tren como medio para mover personas y mercancías, lo que permitirá reducir el contaminante tráfico aéreo, y por supuesto el salto a una movilidad sostenible de la mano de los sistemas eléctricos.

Pero sin duda el apartado más interesante es el relacionado con el objetivo de poner fin a las ventas de coches diésel y gasolina para 2028. Fecha en la cual según el informe, tendrían que darse por finalizada la comercialización de coches con motor de combustión interna en Europa.

Para lograrlo, desde el estudio miran el ejemplo de éxito de Noruega y lo ponen como modelo a seguir para lograr acelerar de forma importante la movilidad eléctrica en toda Europa, que tendrá que poner sobre la mesa un paquete de estímulos para los compradores que les permita reducir el sobre coste de los vehículos eléctricos frente a los de combustión mientras el precio de las baterías no logre ser competitivo.

Para muchos estos objetivos son una locura, ya que supondría en la práctica terminar con las ventas de coches diésel y gasolina en menos de ocho años. Pero desde Greenpeace se indica que incluso con este agresivo calendario, Europa todavía contará con una flota de vehículos con una mayoritaria presencia de motores de combustión para 2040.

Se estima que para esa fecha todavía habrá unos 39 millones de coches y furgonetas diésel o gasolina circulando por nuestras carreteras, lo que supondría el 28% de una flota que estiman será de apenas 137 millones de unidades. Casi un 50% menos de la flota total en 2015.

Para lograr una reducción realmente efectiva, desde Greenpeace se propone que en 2040 se ponga en marcha una prohibición de circulación de los vehículos con motor de combustión en Europa. Un plazo de 12 años desde la prohibición de ventas que tiene en cuenta el tiempo medio de propiedad de un vehículo en Europa.

Un informe que nos da una idea de lo mal que vamos en Europa en cuanto a reducción de emisiones y la creación de un sistema de transporte sostenible, que incluso con medidas tan agresivas y radicales necesitará décadas para lograrse.

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Fuente | Greenpeace

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