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Sistemas como el Autopilot de Tesla, podrían reducir hasta un 90% el número de accidentes

Las ayudas a la conducción están logrando aumentar la seguridad en la carretera al reducir los errores humanos, causantes de la mayor parte de los accidentes. Entre ellos destacan soluciones como el Autopilot de Tesla, que un estudio ha estimado que con su instalación en todos los vehículos ayudaría a reducir un 90% los accidentes en Europa.

Así lo ha determinado un informe redactado por Ferdinand Dudenhöffer, director del Centro de Investigaciones del Automóvil (CAR) que además ha avisado de que la lenta evolución de la legislación europea está evitando que aumenten las tasas de seguridad debido a la evolución de estas tecnologías.

A pesar de la llegada de nuevos sistemas de ayuda, las tasas de accidentes están aumentando en Alemania donde han crecido un 6% en los últimos tres años. En la actualidad se produce un accidente cada 300.000 kilómetros. Una cifra que podemos comparar con los 300.661 km en 2013, mientras que en 2019 ha llegado a los 281.849 km.

De haber contado con un sistema de ayuda como Autopilot, las proyecciones del informe indican que en 2019 se habrían producido 29.413 accidentes. Algo que supondría una reducción del 89.5% respecto a las cifras logradas ese ejercicio.

Y es que los propios datos de Tesla publicados de forma regular, muestran que los vehículos del fabricante norteamericano tienen muchos menos accidentes por kilómetro que el resto de modelos en la carretera. Una señal alta y clara del potencial de estos sistemas no solo como una herramienta publicitaria o para comodidad de los conductores, sino también como una solución efectiva para reducir los accidentes y minimizar el resultado de los mismos.

Debate: ¿deberías pagar los 10.000 euros que costará el Autopilot de Tesla con conducción autónoma?

Un sistema que se está extendiendo lentamente por el resto de fabricantes, aunque muchas veces con grandes limitaciones como poder ser usada solo en determinadas vías previamente mapeadas. Pero a pesar de esto, las administraciones comunitarias deberían avanzar de una forma más ágil en la regulación que permitirá sacar más partido a una tecnología que salvará vidas y que además supondrá una revolución en sectores como el transporte por carretera.

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