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La Unión Europea regulará el reciclaje y la huella de carbono de todas las baterías de coches eléctricos con China en el punto de mira

La Unión Europea se ‘pone las pilas’ con los cambios legislativos que están aprobando durante las últimas semanas y aquellos futuros en discusión en la actualidad. Con el objetivo en mente de conseguir la autosuficiencia en materia de baterías, Bruselas está elaborando un programa que garantice la competitividad y soberanía tecnológica en este área.

La Comisión Europea está preparando una serie de medidas que cambiarán por completo el panorama y la competitividad, de las diferentes ofertas de vehículos eléctricos a mediados de la década.

Según Muros Sefcovic, vicepresidente de la Comisión Europea, «las baterías que sean vendidas en el mercado europeo, independientemente del su lugar de origen, tendrán que ser sostenibles«. El mensaje es claro y contundente, a la vez que pone a China en el punto de mira.

China en el punto de mira

En la actualidad China es el mayor fabricantes de celdas de baterías del mundo, lo que les convierte en el Medio Oriente del kWh, al concentrar el 80% de la producción total de celdas. Frente a estas incontestables cifras, la Comisión pretende que Europa consiga la autosuficiencia en este sector en 2025.

Para esto, en el viejo continente se están levantando 15 fábricas para la producción de baterías, donde fabricantes europeos de automóviles se alían con compañías especializadas para conquistar esta ‘soberanía’, sobre un bien que resulta esencial para la movilidad y otros sectores.

Europa no quiere y no debe volver a ser dependiente, como lo es en la actualidad en materia energética, de naciones extranjeras para cubrir sus necesidades. Bien sea petróleo para el transporte o gas para la calefacción y otros fines. La UE no puede permitirse el lujo de cambiar a una movilidad libre de emisiones, al tiempo que se esclaviza nuevamente a naciones externas que le suministren un nuevo ‘petróleo’ que en el futuro tendrá el nombre de celdas de baterías.

Neutrales en carbono y reciclables

La propuesta de Bruselas pone 2024 como fecha a partir de la cual la huella de carbono de todas las baterías vendidas en Europa tendrá que ser declarada y pública. Por si esto fuera poco, en 2027 ninguna batería, así como ningún coche eléctrico serán admitidos si no respetan los límites de emisiones de CO2.

En un ejercicio de transparencia y compromiso medioambiental, a partir de otoño de 2027, se tendrá que declarar la cantidad de materias primas recicladas usadas en las baterías.

Cuando llegue 2030 se pondrán en marcha criterios que fijarán el porcentaje mínimo de materiales reutilizados con cifras del 95% para el cobalto, 70% en el caso del litio, 95% de níquel y 95% para el plomo.

¿Qué pasa en la UE?

Algo parece estar moviéndose en Bruselas. La revolución de la movilidad no debe repetir errores pasados como los que han caracterizado el crecimiento y la industralización, basados en la quema de combustibles fósiles.

La Europa cero emisiones tiene que garantizar que sus tecnologías no provoquen nuevos problemas en el futuro, una vez que las vidas útiles de sus componentes esenciales lleguen a su fin.

Controles de emisiones en la producción y sistemas que garanticen el reciclaje son elementos claves de la sostenibilidad de nuestra sociedad en el futuro. Las propuestas de la Comisión Europea parecen recoger estas sensibilidades, está por ver si la industria y las capacidades del viejo continente pueden hacer realidad las cifras y plazos que llegan desde Bruselas.

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