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¿Por qué todos los cargadores para coches eléctricos deberían ser bidireccionales y contar con sensor de potencia?

Hoy en día cuando queremos comprarnos un cargador para nuestro coche eléctrico, nos fijamos básicamente en el precio, su potencia…y poco más. Por supuesto hay muchos otros factores a tener en cuenta, pero que muchas veces no son fáciles de identificar y que deberían formar parte no solo de la atención del consumidor, sino incluso de las regulaciones de los gobiernos. Hablamos de la recarga bidireccional y el control dinámico de potencia. Dos apartados que permitirán lograr un sistema eléctrico más eficiente, donde podamos sacar el máximo partido a las energías renovables y a una flota de millones de coches eléctricos conectados.

Esta pasada semana el fabricante alemán Volkswagen presentó un cargador bidireccional. Un proyecto destinado a estudiar el potencial de esta tecnología que lleva años posicionándose como una alternativa perfecta para integrar a los coches eléctricos dentro del sistema, usando una parte de la batería cuando la red sufra un pico de demanda y no sea capaz de atenderla con la producción renovable, con lo que se podría minimizar e incluso prescindir de los costosos sistemas de respaldo de carbón, gas e incluso de la nuclear. 

Para ello harán falta al menos dos cosas. Una es evidentemente un cargador bidireccional como el presentado por Volkswagen. Un sistema compacto que funciona con corriente continua, y logra una potencia de hasta 22 kW.

Este funciona mediante la toma CCS Combo, por lo que será fundamental contar con un modelo dotado de este formato. Gracias a esta potencia, el vehículo contará con mayor flexibilidad a la hora de entregar energía a la red, y sobre todo recuperarla rápidamente para que el conductor disponga de la autonomía que necesite cuando llegue a su vehículo. Algo que la potencia de este sistema facilitará.

Un proyecto que ya está en marcha con la instalación de las primeras 20 estaciones, que se han situado en la fábrica de Wolfsburgo, donde se realizarán las pruebas para comprobar de primera mano el potencial de esta tecnología, así como desarrollar los sistemas que permitan popularizarlo en el futuro.

Control de potencia

La otra pata de un sistema más sostenible es el control dinámico de potencia. Cada vez más cargadores domésticos están incorporando un sencillo sensor capaz de leer la potencia máxima de la vivienda, el consumo en tiempo real, y de esa forma adaptar la potencia de la carga del vehículo para evitar hacer saltar el automático.

Gracias a esto, una vivienda podría incorporar un coche eléctrico sin necesidad de aumentar la potencia contratada. Algo que supone no sólo un menor impacto para la red cuando existan millones de coches recargando de forma simultánea, son también un ahorro para los propietarios al no tener que aumentar la potencia, con el coste fijo que eso supone.

Dos tecnologías que combinadas permitirán sacar el máximo partido a las energías renovables como la eólica o la hidroeléctrica, acumulando por las noches la energía sobrante de las mismas y a un precio muy bajo, para posteriormente usarla durante el día tanto para mover el vehículo, como para vender una parte a la red, sacando un margen que permitirá compensar la factura mensual. Algo que tiene como consecuencia una reducción del coste operativo del propio vehículo.

El resultado será una transición más sostenible a unas formas de movilidad sin emisiones que podrán expandir su modelo a los sectores industriales, donde el apartado económico es tanto o incluso más importante, y donde cada céntimo que se reduzca de los gastos operativos tendrá un importante impacto.

Aspectos que a pesar de su enorme interés y potencial, son desconocidos para muchos operadores. Algo que debería animar a las autoridades a evolucionar la legislación e introducir (si la tecnología y el aspecto económico lo permiten) tanto la carga V2G como el control dinámico de potencia como requisitos para los futuros cargadores para coches eléctricos.

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Fuente | Volkswagen

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