La fábrica de Ford en Almussafes producirá un nuevo motor híbrido y más baterías para el mercado europeo

Hace unas semanas, Ford anunció que en el año 2030 pasará a vender exclusivamente vehículos 100% eléctricos en Europa. Estos ambiciosos planes pillaron por sorpresa a casi todo el mundo, no solo porque esto convertirá a Ford en la primera marca generalista de gran volumen en abandonar por completo los motores térmicos, sino porque a día de hoy solo dispone de un vehículo de este tipo en su gama: el Mustang Mach-E.

Esta rápida transformación será posible en gran parte gracias a su alianza con el Grupo Volkswagen, que dará acceso a Ford a la plataforma modular MEB. La firma del óvalo azul tiene previsto desarrollar dos modelos sobre dicha arquitectura, siendo el primero de ellos un utilitario de tamaño similar al Fiesta que comenzará a producirse en Colonia (Alemania) en 2024.

Por el momento no está claro como afectará esta estrategia al resto de plantas de la multinacional norteamericana en Europa; sin embargo, todo parece indicar que la planta de Almussafes (España) tiene su futuro asegurado a medio plazo, pues se le acaba de asignar la fabricación de un nuevo motor híbrido 2.5 Duratec.

Actualmente la factoría valenciana fabrica las versiones híbridas de los Kuga, Mondeo, S-MAX y Galaxy, así como el Kuga híbrido enchufable. Al igual que Renault ha convertido sus plantas españolas (Palencia y Valladolid) en sus principales centros de producción de híbridos e híbridos enchufables, Ford aparentemente llevará a cabo un movimiento similar en Almussafes.

La producción del motor 2.5 Duratec híbrido comenzará en 2022. En paralelo, Ford invertirá 5,2 millones de euros adicionales para aumentar la capacidad de ensamblaje de baterías en las instalaciones, que se sumarán a los 24 millones de euros anunciados el año pasado. Gracias a este movimiento, la marca se asegurará el suministro de packs para su familia de híbridos e híbridos enchufables.

Estas buenas noticias contrastan con el ERE recientemente anunciado por los dirigentes de la fábrica, que prescindirá de hasta 630 trabajadores. Aunque la adjudicación del motor 2.5 Duratec híbrido permitirá asegurar la supervivencia de la factoría, los sindicatos también reclaman a Ford la asignación de nuevos modelos para mantener la carga de trabajo.

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