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Storedot, la batería que se carga en 5 minutos, ya produce cientos de unidades cada semana para los programas de pruebas

Para los interesados en la compra de un coche eléctrico, el tiempo de recarga es una de las principales preocupaciones. El poder recuperar la autonomía en el menor tiempo posible es uno de los objetivos de la empresa israelí Storedot, que después de unos años de desarrollo ha comenzado las demostraciones a los clientes de las capacidades de su tecnología y ya está realizando una importante producción de los primeros prototipos que están siendo enviados a los clientes interesados.

Según ha comentado en una nota de prensa la compañía «Estamos cambiando totalmente toda la experiencia del conductor de un vehículo eléctrico atacando un factor como es el problema del miedo a quedarse sin autonomía pasando de una recarga de horas a una de pocos minutos

Respaldada por grandes inversores, como el fabricante alemán Mercedes, la petrolera británica BP, y los gigantes tecnológicos Samsung y TDK, esta empresa con sede en Herzliya, cerca de Tel Aviv, está logrando sacar adelante 100 baterías cada semana que son enviadas a los clientes que están interesados en su adopción.

De momento admiten que la tecnología no está lista para una producción industrial y tiene por delante todavía unos años de desarrollo. Pero si han indicado que esperan poder comenzar una producción algo más elevada, lo que permitirá ampliar el número de pruebas, con una nueva línea que entrará en funcionamiento a finales de este año o principios del próximo.

El anuncio de Storedot supone un hito importante, ya que ha permitido llevar a su tecnología por primera vez más allá del laboratorio a un producto comercialmente viable y escalable para la producción en masa.

Segunda generación: objetivo reducir costes

Desde Storedot han indicado que los trabajos con la tecnología se han centrado en desarrollar los materiales y las químicas con las que lograr su objetivo de velocidad de carga, ahora están trabajando en conseguir una reducción del coste de producción para la segunda generación. Sin duda un punto crítico.

También han añadido que trabajan de forma paralela en el desarrollo de las instalaciones que se encargarán de la producción, para acelerar un proceso desde el inicio de los primeros trabajos hasta el arranque de la fase comercial que indican está en torno a los cinco años. Algo que esperan reducir gracias al diseño de las líneas de producción capaces de lograr una fabricación en masa. Un aspecto que podría acelerar las 

Un aspecto que desde la empresa israelí indican que allana el camino para el lanzamiento de esta batería de ánodo de silicio dominante, que se diferencia del resto de baterías en aspectos como el contar con menos litio y más germanio o estaño. Además, también tienen agentes anti-degradación para prevenir una posible pérdida de capacidad prematura debido al uso intensivo de la carga rápida.

Como recordamos la clave de la propuesta de Storedot se basa en una configuración de celdas en láminas, formadas por una combinación de nanomateriales y compuestos orgánicos que provocaban “reacciones no tradicionales”. La carga rápida se produce gracias a la transferencia de iones de un ánodo a un cátodo a una velocidad que no era posible antes de contar con esos materiales. Una configuración que según sus desarrolladores, permite recargas a más potencia, y además con más seguridad.

La red de carga crece en España. Cargacoches abre una nueva estación con potencias de hasta 175 kW para recargar en pocos minutos

Una tecnología que en su momento desde la empresa se ha indicado que cuentan con un enorme potencial, pero estarán pensadas para determinado tipo de vehículos, principalmente modelos de gama alta debido a su mayor coste de producción respecto a las baterías convencionales, algo que esperan solucionar con una segunda generación más económica que se apoye además en una economía de escala que le permita ofrecer unos costes más accesibles.

Reconfiguración de los puntos de recarga

Pero el poder recargar una batería en cinco minutos no sólo dependerá del diseño de la misma. También hará falta una red de carga capaz de ofrecer potencias elevadas por encima incluso de la cifras que se manejan hoy en día para la recarga ultra rápida, entre 150 y 350 kW.

Para los responsables de Storedot, esto supondrá que los operadores tendrán que realizar una inversión por punto de entre 1,500 y 10,000 dólares, dependiendo de la capacidad. Algo que les permitirá alcanzar potencias hasta ahora usadas en aplicaciones industriales, como la recarga de autobuses y camiones eléctricos capaces de llegar a los 500 o 1.000 kW.

Cifras que permitirán lograr el sueño de recargar prácticamente en el mismo tiempo de repostaje de un coche con motor de combustión, pero que como vemos necesitará que se alineen diferentes factores, no solo una batería capaz de acceder a dicha potencia, sino también una red de recarga con la suficiente potencia y una red eléctrica adaptada para este tipo de recarga «mega rápida» y hacerlo además con un coste razonable que lo lo limite a nichos de mercado minoritarios.

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