Los conductores en el sureste de Estados Unidos hacían cola para poder llenar el depósito de sus vehículos, si bien cada vez son menos las gasolineras que cuentan con reservas de combustible. El gobierno pedía a los ciudadanos que no acumulasen gasolina, tras el sexto día de inoperatividad del gasoducto más grande del país. En algunos lugares el conflicto llegó a las manos, produciéndose altercados en una gasolinera de Carolina del Norte.
Casi el 60% de las gasolineras en el área metropolitana de Atlanta se quedaron sin combustible el miércoles, junto con otras zonas de Carolina del Norte o Florida. Como consecuencia, el precio de la gasolina subía hasta los 3 dólares el galón, el precio más alto desde octubre de 2014.
El pánico se extendía hasta estados como Nueva Jersey o Pensilvania, donde también acabaron con las reservas en varias terminales. La combinación de refinerías y un acceso más sencillo a los suministros procedentes del Atlántico evitaron el caos en ciudades como Nueva York o Filadelfia.
Con los compradores de combustibles desesperados, cada vez es más frecuente ver a gente desplazándose lejos de su domicilio para conseguir suministro. Esto a su vez provoca que estaciones que operaban con normalidad también se vacíen. «La situación cambió por completo de la noche a la mañana».
La administración de Biden pidió el martes a los estadounidenses que no acumulen combustible durante la interrupción del gasoducto, diciendo que la compra por pánico solo intensificaría los cortes de suministro en las estaciones de servicio que luchan por obtener nuevas entregas. El gobernador de Georgia, Brian Kemp, suspendió temporalmente los impuestos a la gasolina en el estado para aliviar el impacto de las subidas de precios en los consumidores, y también pidió a los ciudadanos que no comprasen descontroladamente.
James Jones, un contratista en Atlanta, no hizo caso de esa llamada. Condujo durante millas en busca de una gasolinera que todavía estuviera en funcionamiento para poder cargar dos bidones rojos de cinco galones. «Fui a cinco estaciones, finalmente encontré una que todavía tenía gasolina», dijo Jones.
Había llenado su camioneta Chevy con gasolina el martes por la noche, pero se puso nervioso y decidió comprar más. «Quién sabe cuándo terminará esto, así que pensé que sería mejor comprar mi propia reserva», dijo Jones. «Necesito que mi camión siga funcionando«.
Rob Underwood, presidente de Energy Marketers of America, que representa a distribuidores de combustible y estaciones de servicio, suplicó a los conductores estadounidenses que mantuvieran la calma.
Publicidad para el coche eléctrico, y las energías renovables
Está claro que esta situación tan dantesca provocada por un ataque informático ha llevado a la primera página la enorme dependencia de los combustibles fósiles. Incluso es países con una elevada tasa de autosuficiencia en este aspecto como Estados Unidos.
Algo que inevitablemente ha puesto sobre la mesa el potencial de los coches eléctricos, pero también de los vehículos industriales, las energías renovables, y con estos otros sectores como las baterías de respaldo. Unas formas alternativas y más sostenibles que han logrado con esta caótica situación permanecer como un sistema listo para tomar el relevo en aspectos como el transporte y la alimentación de los sistemas eléctricos.
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Fuente | Autoblog
