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Everrati acepta pedidos para convertir en eléctricos los Porsche 911 (964), Ford GT40, Mercedes-Benz Pagoda y Land Rover Series II

El especialista británico en conversión de coches clásicos a eléctricos Everrati ha mostrado sus creaciones en el Salon Privé Concours d’Elégance celebrado en el Reino Unido. La empresa de Upper Heyford (Oxfordshire, Inglaterra), fundada en 2019, ha abierto la lista de espera para conversiones de cuatro gamas de modelos que aparecieron entre los años 60 y los 90 del siglo pasado. Para pillar sitio en la cola hay que adelantar 1.000 libras esterlinas. Y ya tienen gente interesada.

Esa cantidad es pecata minuta en comparación con el coste de la conversión, que va al margen del coche donante que aporta el cliente. De una forma o de otra, hay clientes de alto poder adquisitivo que prefieren mantener sus clásicos funcionando sin tener problemas de repuestos, fiabilidad o restricciones circulatorias. Convertirlos a eléctricos es la solución definitiva al problema. El nivel de sacrilegio ya va en función de gustos.

Everrati realiza conversiones de los Porsche 911 (964) en carrocerías coupé y targa, los Land Rover Series II -que precedieron a los más modernos Defender-, cualquier Mercedes-Benz SL Pagoda (W113), y el Ford GT40 clásico. La joya de la corona es el 911 Gulf Signature Edition, que sin necesidad de verlo pintado en azul claro y naranja ya apunta maneras como coche que llama la atención.

Detalle de la instrumentación del Porsche 911 convertido por Everrati

Las conversiones de Everrati no son económicas, pero dejan los coches impecables y totalmente al gusto del propietario. Además de la cadena cinemática eléctrica, se puede personalizar la pintura, interiores, llantas, etc. Se respeta al máximo el espíritu original del coche, incluso la instrumentación se integra perfectamente, como si fuese de época. Hasta se conservan los tubos de escape -que dejan de ser funcionales, obviamente-.

Por ejemplo, la conversión de los 911 de la generación 964 (desde 1989) incluye un paquete de baterías de 53 kWh, un motor de 440 CV de potencia al freno y un par máximo de 460 Nm. La autonomía que se consigue es de 290 kilómetros. Se puede optar a una motorización más bestia, que baja de los 4 segundos en el 0-100 km/h y entrega al freno 500 CV y 550 Nm. Eso sí, esto tiene un precio, 250.000 libras, impuestos y coche donante aparte. En caso de arrepentimiento, el proceso es reversible.

Más sorprendente es la conversión del Ford GT40, que lejos de convertirlo en un vulgar utilitario, le meten un sistema eléctrico de 700 voltios hipervitaminado. ¿Resultado? Una potencia pico de 800 CV al freno y un monstruoso par máximo de 800 Nm. En cuanto a los Land Rover, aunque cuentan con 60 kWh de baterías, su aerodinámica sigue siendo la de un ladrillo, por lo que pueden recorrer 160 kilómetros. La potencia es más modesta en este caso, 150 CV al freno y 300 Nm, manteniendo intacta sus capacidades 4×4 con la tracción total conectable. La conversión del todoterreno es más económica, a partir de 150.000 libras, impuestos y coche donante aparte.

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