Al parecer, ni CATL ni BYD han podido cumplir las exigencias de Apple para la producción de su futuro automóvil. Anteriormente Apple estuvo en conversaciones con LG y con Hyundai/Kia, sin que acabasen llegando a buen puerto. Según Reuters, las conversaciones entre Apple, CATL y BYD se han estancado, citando tres fuentes reservadas con conocimiento de las mismas.
El gigante tecnológico con sede en Cupertino (California, EEUU) está interesado en las baterías de fosfato de hierro y litio -LFP- para su coche. Estas baterías, con la tecnología de los mencionados productores chinos, permiten mayores autonomías y densidades energéticas, haciéndolas más competitivas que las más caras de níquel y cobalto. Es una importante ventaja competitiva que Apple quiere aprovechar.
Además, Apple quiere que la producción de las baterías se haga en Estados Unidos y que los fabricantes de las mismas tengan equipos especializados solo en tratar con Apple. Fuentes de atribución reservada citan estos requisitos como causa de que las conversaciones no estén avanzando, los chinos no están por la labor, decisión que se ha comunicado en los últimos dos meses.
CATL ha sido la única empresa que ha ofrecido una versión alternativa, especificando que Reuters no tiene una información completa, así como que siguen evaluando la posibilidad de producir baterías en Estados Unidos, y que siempre hay un equipo dedicado por cada cliente. Según una fuente citada por Reuters, CATL no encuentra personal para hacerlo.
Sin embargo, Apple no ha tirado la toalla ni con CATL ni con BYD, aunque ya ha mandado gente a Japón este mes para negociar con empresas del sector, siendo Panasonic Corp una de las elegidas. La elección de baterías resulta fundamental para industrializar el Apple iCar, o como vayan a llamarlo.
Hay que entender estas negociaciones en el contexto de las relaciones entre Estados Unidos y China. El inquilino anterior de la Casa Blanca, Donald Trump, tensó la cuerda con el gigante chino a un nivel muy alto, lo que ha provocado una guerra comercial entre las dos potencias. Con Joe Biden no ha cambiado mucho la situación, y sigue habiendo reticencias por parte de empresas chinas a tener presencia en EEUU. Los costes en suelo estadounidense también son superiores a los que hay en China.
El nuevo presidente demócrata también aboga por producir más en Estados Unidos y favorecer el producto nacional frente al extranjero. Apple se alinea con esas tesis, pretendiendo que el máximo del Proyecto Titan se haga en suelo estadounidense. Biden desea que EEUU se convierta en un centro industrial relevante en la producción de coches eléctricos.
En septiembre Doug Field, el responsable del Proyecto Titan -coche eléctrico de Apple-, decidió volver a su empresa anterior, Ford Motor Company
A fin de cuentas, no son pocas las fábricas que producen o van a producir vehículos eléctricos en el país: Tesla en California y Texas, Rivian en Michigan, Foxconn/Lordstown en Ohio… más las instalaciones que el Big Three (Ford, General Motors y Stellantis) pongan en marcha solo para vehículos eléctricos. Los japoneses y coreanos implantados en EEUU van rezagados en dicha carrera, y en cuanto a los europeos, Volkswagen producirá pronto el ID.4 en Tennessee.