Las consecuencias del cambio climático antropogénico van notándose en algunas zonas del mundo, véase la cuna de la civilización occidental, Grecia. Todos recordamos las consecuencias de devastadores incendios e inundaciones que se han ligado al fenómeno del calentamiento global. En consecuencia, están tomándose medidas para que el país sea neutral en carbono.
Parte de dicho esfuerzo se hará en las islas habitadas de Grecia, donde aumentará la cuota de energías renovables y se apostará más por los coches y demás vehículos eléctricos. Dadas las distancias a recorrer, ni siquiera la autonomía de los modelos más modestos es un problema. Hay antecedentes de políticas de ese tipo en las españolas Ibiza y Formentera o la portuguesa Porto Santo, así como en la isla alemana de Rügen en los años 90.
Solo en las islas griegas su gobierno espera reducir las emisiones de carbono en 10 millones de toneladas durante esta década. Ha nacido el proyecto «Gr-Eco Islands», con primera parada en la ínsula de Jalki. El fabricante Citroën y la empresa de renting ALD Automotive han cedido seis unidades de coches eléctricos: un par de ë-C4, una pareja de Ami y sendas furgonetas ë-Jumpy/ë-Spacetourer. Las furgonetas serán donadas en un par de años, mientras tanto se alquilan a coste cero.
Concretamente, la isla de Jalki se alimentará con una instalación de energía fotovoltaica de un megavatio de potencia. Se espera con ello reducir la factura eléctrica en 200.000 euros al año, y dejar de emitir a la atmósfera 1.800 toneladas de CO2. El objetivo es que la isla acabe siendo totalmente independiente, es decir, una isla energética.
Hay 592 clientes en su red, 482 hogares, 96 pequeños negocios y 14 entidades públicas. El consumo energético de la isla ronda los 1.600-1.700 MWh y obtienen su energía de 11 proveedores diferentes. La planta solar proporciona energía tanto a la isla de Jalki como a la cercana Rodas. Un consumidor doméstico pasará a pagar 6 euros de electricidad por cuatro meses, bastante menos que los 235 actuales, según datos de las autoridades griegas.
Alexandra Sdoukou, secretaria general de Energía y Recursos Minerales del Ministerio de la Energía de Grecia, declaró en el acto de inauguración: «Nuestro objetivo en Jalki es que haga de embajadora, un caso de estudio sobre esto [el concepto de la comunidad energética insular] que funciona y puede crear valor para cualquier comunidad que se una a la iniciativa Islas Gr-Eco».
La experiencia en Jalki será copiada en otras 12 islas con 100 millones de euros obtenidos de la Unión Europea, además de lo que pongan compañías privadas como la matriz de Citroën, Stellantis, o Grupo Syngelidis, Vinci y Akuo Grecia, entre otros.
Al margen de esta iniciativa, Volkswagen comenzó un proyecto piloto en la isla de Astipalea, por el cual el fabricante suministrará vehículos eléctricos para las empresas de alquiler y servicios de coches compartidos en la isla. Astipalea también aspira a ser un modelo para copiar no solo en Grecia, también en otras naciones del mediterráneo.
Estas experiencias piloto son extrapolables a áreas geográficas más grande empleando cargadores rápidos para cubrir largas distancias, mientras que en las islas pueden bastar cargadores semirrápidos para cargas totales o parciales. De hecho, las energías renovables pueden suplir la mayoría de las necesidades energéticas de naciones enteras cuando las cosas se hacen bien, como en Uruguay, Costa Rica o Kenia. En las islas, obviamente, todo es más fácil.