En Asturias, un ingeniero se ha construido una casa que no necesita estar conectada a la red eléctrica. Partiendo de un concepto de máxima eficiencia energética y mínima necesidad de consumo energético, pero sin renunciar a comodidades como una piscina climatizada a 30ºC durante todo el año y coche eléctrico.
En Oviedo, Omar Suárez, ingeniero de profesión, ha hecho realidad el sueño de vivir en una vivienda que no necesite conectarse a ninguna fuente de energía externa, para poder vivir, sin que por ello tenga que renunciar a ningún lujo.
La clave del éxito de esta vivienda reside en la reducción del consumo que la vivienda requiere para funcionar diariamente. Ante una falta de fuentes de energía externas que proporcionen la electricidad necesaria, minimizar los consumos es esencial.
Casa desconectada
El inmueble ha sido diseñado priorizando el aislamiento y hermeticidad de cada zona, para contrarrestar los cambios de temperatura y mantener el interior de la vivienda a una temperatura agradable.
La adecuada operatividad de los electrodomésticos y sistemas de la casa también han sido tenidos en cuenta desde el principio. Todo ello para satisfacer las necesidades de cuatro personas que habitan en los 200 metros cuadrados que posee esta vivienda.
Por supuesto, en verano e invierno esta á operativa una piscina climatizada a 30ºC, con lo que los días cubiertos del norte de España no son un problema para disfrutar de unos largos.
Energía gratis y cero euros de factura eléctrica
Esta vivienda que lleva operativa y desconectada de la red un año, ha conseguido dotar a sus habitantes de libertad, independencia energética y sostenibilidad gracias a sus cero misiones.
La fórmula empleada para la construcción se ha basado en la tecnología Sunthalpy, un sistema integral a nivel constructivo orientado a sacar el máximo rendimiento a la energía solar.
Esta casa ha cumplido, el pasado mes de octubre, su primer año en funcionamiento totalmente desconectada de la red eléctrica tradicional. La ubicación y el clima Atlántico no ha impedido que necesite de fuentes externas de energía.
Piscina climatizada y coche eléctrico
Según aseguran sus constructores a Decoesfera: «Su independencia es total e incluye el abastecimiento del coche familiar, que por supuesto, es 100% eléctrico«. Porque la casa además de ser autosuficiente energéticamente, «no es contaminante para al medio ambiente«.
Tras un año en activo se ha demostrado la viabilidad de un edificio solar de baja entalpía, que ha sido capaz de satisfacer todas sus necesidades energéticas, incluso en días nubosos como muchos que caracterizan al Principado de Asturias.
Esta vivienda es capaz de funcionar captando la energía a baja temperatura, en días nublados y almacenarla.
Desde octubre de 2020, según citan desde el medio especializado, tanto la refrigeración, como la calefacción, el agua caliente, la luz, electrodomésticos, una piscina climatizada (a más de 30º C todo el año) y un coche eléctrico, con el que hacen una media de 40 Km diarios utilizando simplemente la luz diurna, los 365 días del año.
Es decir, es una casa 100% solar, pero con el mayor confort imaginable.
¿Cómo es posible?
«La propia estructura de hormigón del edificio, que pasa a ser en realidad una batería térmica de alta eficienciagracias a la inclusión de un suelo radiante caracterizado por un micro-hormigón de altísima conductividad térmica«, aseguran desde Sunthalpy.
Gracias a este elemento se «hace posible que el edificio se pueda calefactar o refrigerar utilizando agua a tan sólo 20,5 º C. Es un intercambiador de calor instantáneo perfecto, que permite que las losas estructurales del edificio se conviertan en emisores perfectos de calefacción y refrigeración, hasta el punto de poder eliminar la necesidad de aire acondicionado. Este mismo elemento se puede llegar a utilizar incluso como panel solar que absorbe y acumula la propia radiación solar que llega al suelo a través de las ventanas«.
Tanto la fachada, como la cubierta se han convertido en captadores híbridos de calor y electricidad integrados en la propia arquitectura del edificio. Con esa energía eléctrica se puede mover una bomba de calor que hace funcionar los paneles térmicos en frío, en días nublados de invierno, siendo capaces absorber toda la radiación difusa que emiten las nubes hasta equilibrar las pérdidas del resto del día.
Para e resto de energía, se emplean unos paneles fotovoltaicos que hasta permiten cargar el coche eléctrico de la familia para cerrar el círculo y otorgar a la familia una movilidad auténticamente cero emisiones. Los excedentes de energía eléctrica restantes, se almacenan en una batería.
Omar lo tienen claro tras un año de vida en esta avanzada y sostenible vivienda: «Si la energía solar es suficiente para vivir en una casa en Asturias qué no se será capaz cuando bajes o subas a la meseta.»