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Audi mantiene su negativa a apostar por la pila de combustible de hidrógeno

Desde un punto de vista estrictamente de eficiencia, el coche de pila de combustible hidrógeno no tiene sentido por hacer falta mucha más energía para hacer la misma distancia respecto a un coche 100% eléctrico. Es el planteamiento de Audi después de haber tenido un prototipo, el h-tron Concept (2016), y descartar esta solución técnica, y es algo coherente durante los últimos tres años al menos.

Sí ven en Audi viabilidad a los combustibles sintéticos o e-fuels, a pesar de que esta solución es aún más ineficiente que producir hidrógeno para automoción, aunque permite la viabilidad a largo plazo del parque de vehículos que se diseñaron como gasolina, diésel o de gas. Por tanto, Audi seguirá sin destinar recursos a la tecnología de pilas de combustible.

Hildegard Wortmann, responsable de marketing y ventas de la Audi, negó la mayorante un encuentro con medios de comunicación: «Necesitamos tecnologías fuertes, impactantes, que realmente marquen la diferencia en el cambio climático. De lo contrario, no alcanzaremos los objetivos». Hasta 2026 Audi va a invertir 18.000 millones de euros no solo en materia de coches eléctricos, también en híbridos enchufables -siguen siendo viables, pero a corto plazo-, software y servicios digitales.

Audi A6 e-tron

Al comenzar la segunda mitad de la década, Audi contará con un catálogo de más de 20 modelos totalmente eléctricos, sin motor de combustión alguno. Su objetivo a largo plazo es fabricar exclusivamente coches eléctricos. La estrategia Vorsprung 2030 es diferente a la de Porsche, que sigue pensando en tres vías, los combustibles sintéticos -pocos Porsche acaban en desguaces sin ser siniestros-, los híbridos enchufables y los eléctricos puros.

A lo largo de este 2022 Audi va a tener que apañarse menos con los híbridos enchufables, ya que no acepta más pedidos de su gama TFSI e por no poder garantizar mayor producción. La falta de componentes y algunas materias primas, especialmente a raíz de la guerra Ruso-ucraniana, va a peor. Tratarán de entregar este año los pedidos ya realizados, ya que si algún TFSI e se va a 2023 tendrán que acabar compensando al cliente por perder alguna subvención, o que este renuncie a la entrega.

Preguntada por otros temas, Wortmann también habló del aumento de precios, que afecta a todos los fabricantes, y sobre el modelo de distribución (presencial/online), que lo acabarán decidiendo los clientes. A fin de cuentas, los últimos dos años han cambiado muchas cosas por la crisis COVID, acelerando la transición hacia un modelo de ventas donde el cliente toca menos el coche y lo pide envuelto en un lacito para entrega a domicilio.

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