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Ford elige a Turquía, Rumania y Alemania como emplazamiento para sus fábricas de baterías y coches eléctricos

Si hace unas semanas conocíamos la buena noticia de que Volkswagen preparaba una fábrica de baterías en la localidad valenciana de Sagunto para atender los pedidos de Ford, ahora hemos sabido que el fabricante americano ha decidido situar sus próximas dos fábricas de baterías en Turquía y en Rumanía, y reforzar la de Alemania.

Por un lado la planta turca se situará en la zona de Ankara, y se levantará en colaboración con el fabricante surcoreano SK Innovation. Una fábrica que se encargará de la producción de celdas y packs de baterías NMC, y cuya producción se espera comience en 2025 con una capacidad anual aproximada de entre 30 y 45 GWh.

Una instalación que llegaría gracias al fuerte apoyo público del gobierno de Turquía. Un apoyo que no está regulado por los límites que marcan las reglas de la UE y que como vemos, jugará en contra de los intereses de fábricas como la de Valencia, que era candidata a albergar esta instalación pero que ha sido incapaz de competir económicamente con la turca.

Y es que además de baterías, la planta turca de Otosan fabricará la versión eléctrica de la Transit Custom, además de vehículos comerciales de Volkswagen.

Turquía, Alemania y Rumanía, los beneficiados de la inversión de Ford

Además de Turquía, los grandes beneficiados del plan de electrificación presentado por Ford son Alemania y Rumanía.

En 2023, Ford comenzará la producción en Colonia de un coche eléctrico. Un SUV de tamaño medio, con un segundo vehículo eléctrico que se añadirá en 2024. La producción prevista de vehículos eléctricos en Colonia se espera que sea ahora de 1,2 millones de vehículos en seis años, con una inversión total en producto de 1.824 millones de euros.

La otra gran beneficiada de esta estrategia es Rumania. De allí saldrá el futuro Ford Puma eléctrico, que llegará en 2024 al mercado y que será ensamblado en la planta de los americanos en Craiova.

Por su parte la planta de Ford de Almussafes sigue a la espera de conocer la decisión del fabricante de Detroit sobre la asignación de la producción de alguno de los nuevos coches eléctricos pendientes de asignación, y para los que tendrá que competir con la planta alemana de Saarlouis.

Un proyecto considerado como imprescindible para la supervivencia de la factoría española, en la que trabajan unos 7.000 empleados.

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