El hidrógeno verde se ha convertido en la gran esperanza para sustituir algunos combustibles fósiles como el gas. Pero saber si su procedencia es realmente de fuentes renovables no es fácil. Un aspecto donde la tecnología blockchain puede jugar un papel primordial.
A principios de este mes, dClimate, un ecosistema descentralizado de información climática, anunció una alianza con el estado de Namibia que mediante la Universidad de Namibia (UNAM) para convertirse en un verificador de las iniciativas de reducción de emisiones a través de tecnología blockchain.
Este acuerdo permitirá a dClimate establecer un sistema de registro y verificación nativo de blockchain para cuantificar elementos como la captura de CO2, así como las emisiones y créditos de carbono de los proyectos de hidrógeno verde en el país africano.
Para ello utilizarán el monitoreo por satélite, para cuantificar el impacto general de los proyectos de reducción de emisiones de CO2 en Namibia. De esa forma se podrá verificar los créditos de CO2 del país para ayudar a respaldar los proyectos de hidrógeno verde en curso y canalizar de una forma más rápida las inversiones en este pujante sector.
dClimate está estrechamente integrado con la red Oracle descentralizada de Chainlink para realizar la validación de datos en cadena de bloques, además de la compatibilidad con la capa de la red lo que permitirá crear un rastro digital en cualquier documento, de forma que múltiples nodos de una red puedan garantizar su autenticidad, por lo que la información no se puede manipular. Las aplicaciones de esta tecnología son múltiples, aunque es conocida especialmente por las criptomonedas, pero como vemos tiene también su aplicación en el sector energético.
Esto no solo representa un caso de uso real de la tecnología blockchain, que puede impulsar la acción climática y permitirá a los países el poder aprovechar los datos descentralizados para apoyar proyectos de sostenibilidad.
¿Y por qué Namibia? Algunos recordarán que hace unas semana hablábamos de un informe de la asociación IRENA de como el hidrógeno verde podría cambiar la geopolítica mundial, convirtiendo a estados hasta ahora irrelevantes en lo energético en grandes polos de producción de energía solar e hidrógeno verde.
Una posibilidad que colocaba entre los puestos más destacados a lugares como Australia, Chile, Marruecos, Arabia Saudita, Estados Unidos, pero también precisamente a Namibia. Espacios que para la agencia están mejor posicionados para convertirse en potencias exportadoras de hidrógeno a medio y largo plazo.
Y precisamente la propia Namibia se ha convertido en un destacado potencial exportador energético para los próximos años en la producción de hidrógeno verde gracias a un enorme contrato firmado a finales del pasado año para un proyecto que supondrá movilizar 9.400 millones de dólares para producir 300,000 toneladas de hidrógeno verde al año.
Una producción que además ahora podrá ser verificada de forma independiente para confirmar su procedencia de fuentes renovables y lograr una descarbonización que no se quede solo en la parte publicitaria.
Fuente | dClimate