La fuerte demanda de coches eléctricos está chocando con la limitación de la producción en muchas marcas. Algo que supone que aquellos que si pueden mantener el ritmo se vean superados en pedidos. Es lo que le sucede a Tesla en China, donde la especulación sigue los pasos de otras industria y donde algunos clientes compran varios coches para revenderlo más caros.
Y es que en la actualidad la espera para una unidad del Model 3 Long Range en China llega a los entre cinco y seis meses. Algo que supone que algunos clientes estén dispuestos a pagar un extra por adelantar plazos. Pero Tesla no está conforme con esta especulación y está comenzando a tomar medidas.
Entre ellas está la obligación de los clientes que compren más de una unidad de tener en propiedad el vehículo como mínimo durante 12 meses. En caso de romper ese contrato, el propietario tendrá que abonar a Tesla una multa por el 20% del valor del vehículo.
La nueva medida afecta tanto a los pedidos de múltiples unidades, como a las compras conjuntas de empresas o grupos de usuarios.
Y es que el problema es que de no frenar esta dinámica, Tesla corre el riesgo de que su imagen se vea manchada ante unos plazos de entrega que no paran de crecer. Y como ejemplo los once meses de espera a los que se enfrentan los clientes del Model 3 Long Range en Europa o Estados Unidos. Algo que puede alimentar una especulación que empeoraría la situación para unos, y elevaría precios para otros.