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Las ventas de coches eléctricos resisten frente a las subidas de precios de materiales y baterías

A pesar de que el contexto económico no es especialmente favorable, las ventas de coches eléctricos han alcanzado un pico histórico en el primer trimestre de 2022, con un aumento del 120% entre todos los fabricantes; los hay que han subido mucho más. Ahora mismo el podio lo ostentan, en este orden, Tesla, BYD y Volkswagen.

¿Por qué la clientela no afloja sus pedidos teniendo en cuenta que están inflándose los precios de prácticamente todos los coches eléctricos a la venta? Los analistas coinciden en que la demanda de coches eléctricos se ha vuelto inelástica, es decir, poco sensible a los cambios de precio. Hasta el superventas chino, HongGuang Mini EV, ha logrado un récord de volumen pese a un incremento de precio del 30%.

Los problemas crónicos de suministro de componentes ha disparado los precios de las baterías más de un 50%, pasando de los 105 dólares/kWh del primer trimestre de 2021 a 160 dólares/kWh. En otras palabras, hemos retrocedido varios meses. Los fabricantes esperaban que la paridad de precios entre eléctricos y térmicos se alcanzase en el entorno de los 100 dólares/kWh o menos.

Sin embargo, las cifras dejan una evidencia empírica, que los clientes que prefieren esperar a que bajen los precios son reemplazados por otros dispuestos a comprarse un coche eléctrico, aunque sea más caro. Las razones pueden ser diversas: conciencia ecológica, que el petróleo refinado ha alcanzado máximos históricos por la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia, que es el futuro, blindarse ante restricciones circulatorias, conducir lo último que hay, etc.

Fuentes del sector de fabricación de baterías apuntan a que la situación de altos precios va a continuar este año y el que viene, pero a partir de 2024 van a empezar a notarse los incrementos de producción de diversas gigafactorías repartidas por varios países, en China y fuera de la misma, presionando hacia abajo los precios de nuevo. Sin embargo, todo dependerá de cuándo aumente la extracción de materias primas, sobre todo litio, níquel, cobalto…

Los fabricantes de baterías van a pasar a los fabricantes los incrementos de precio que les supongan las materias primas, los fabricantes pasarán el incremento a sus clientes, y los coches van a seguir subiendo de precio en el corto plazo porque la industria quiere mantener sus márgenes. Quien no esté dispuesto a pasar por el aro tendrá que esperar, o recurrir a otras tecnologías de disponibilidad inmediata e impacto medioambiental reducido. No es casualidad que las ventas de híbridos de cualquier tipo estén en niveles máximos en la serie histórica.

Los elevados precios de los coches eléctricos están espantando al núcleo del mercado, pero no a clientes de clase media o alta. Todo lo que se fabrica se vende, y se acumula lista de espera. Y no se fabrica más porque también hay problemas de suministro de componentes, que además de baterías son mazos de cables, microchips, enmoquetado de interiores e incluso lunas.

Quizás si los fabricantes pudiesen fabricar mucho más podríamos ver ya un enfriamiento de la demanda, pero de momento es un fenómeno que no se observa. Prácticamente ningún fabricante acumula un stock de coches eléctricos que no se puede vender. Incluso los excedentes de automatriculaciones de diciembre se acaban colocando rápido.

Cuando se estabilice la cadena de suministro, desde los minerales hasta las baterías completas, y amainen los problemas crónicos de aprovisionamiento de componentes, empezaremos a hablar de coches eléctricos asequibles sin tener que hacer a ciertas renuncias. Lo que está por debajo de 30.000 euros (de primera mano) es muy pequeño, submotorizado, o con autonomía muy modesta.

Los problemas tradicionales del coche eléctrico son su elevado precio, autonomía reducida y la necesidad de puntos de recarga rápidos. Desde luego el primer componente no está siendo óbice para que las ventas estén subiendo, habida cuenta de que los otros componentes tienen una importancia decreciente según aumentan las autonomías y la disponibilidad de puntos de recarga de alta potencia para poder viajar lejos.

El contexto económico desfavorable, como todos, durará lo que dure. Retrasará la llegada de coches eléctricos asequibles para el corazón de mercado, pero en gama media y alta están funcionando bien. Los fabricantes priorizan su producción, están manteniendo elevados márgenes pese a la reducción de ventas, y se preparan para un futuro fuertemente electrificado, aunque voces como BMW y Toyota todavía piden contención y no desechar todo lo demás antes de tiempo.

Las perspectivas para la segunda mitad de la década son muy halagüeñas, con producción masiva de materias primas, baterías y coches eléctricos, más modelos asequibles basados en plataformas rentabilizadas, un contexto legislativo muy desfavorable para los vehículos de combustión interna tradicionales, y, con un poco de suerte, con el despertar económico que acaba llegando después de que callen las armas.

Vía | Reuters

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