Una de las principales preguntas que se hacen los interesados en comprarse un coche eléctrico, además de su autonomía, tiempos de carga y precio, es cuánto durará su batería. Una pregunta que poco a poco tiene más claridad gracias al paso de los años y los kilómetros en las primeras generaciones. Es el caso de un KIA Soul eléctrico del 2015 que nos da una muestra de la evolución.
En este caso el encargado de hacer la prueba ha sido el youtuber noruego Bjorn Nyland, que ha tenido la ocasión de hacer un análisis de un Soul eléctrico con siete años y con 100.000 kilómetros en su marcador. Una cifra que ya nos permite sacar algunas conclusiones.
Como recordamos, esta primera generación en su segunda versión contaba con una batería de 27 kWh útiles y un sistema de refrigeración por aire forzado. Un sistema intermedio entre los pasivos que montan coches como el Nissan LEAF o el Volkswagen e-Golf, y los que usan líquido, como el BMW i3 y los modelos de Tesla entre otros.
Según las pruebas realizadas, de los 27 kWh disponibles originalmente después de 100.000 km al coche le quedan 17 kWh. Algo que nos indica una pérdida del 35% en este periodo de tiempo. Una cifra bastante elevada para una unidad que no se ha tenido que mover por climas calurosos.
Esto se traduce en que la autonomía real ha bajado hasta los 100 kilómetros con cada carga. Una cifra bastante modesta pero que permite al propietario continuar con su uso sin más problemas que la propia pérdida de autonomía.
Hay que recordar que se trata de un modelo de las primeras generaciones. En este tiempo la tecnología de las baterías y la inclusión de sistemas de refrigeración más eficientes han permitido ofrecer coches que a priori deberían contar con una menor degradación.
Es si, la conclusión es que ante todo el propietario debe cuidad la batería de su coche siguiendo las reglas básicas: no descargarla por debajo del 20%, no mantener el 100% durante mucho tiempo, y evitar en la medida de lo posible las recargas rápidas. El calor es el enemigo de la vida de la batería.
La otra conclusión es que en el resto de aspectos esta unidad no ha tenido problemas, por lo que si vamos a realizar una compra de un coche eléctrico de ocasión con unos años a su espalda, es fundamental realizar una prueba de la capacidad de la batería ya sea mediante un diagnóstico en el taller, con un lector OBD, o directamente hacer una prueba de autonomía desde el 100% al 20%.
