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Pagan hasta 300 euros al año a cada conductor de coches eléctricos por sus emisiones de CO2 en Alemania

El gobierno de Alemania ha puesto en marcha este año un sistema por el cual las empresa energéticas como las petroleras o las mineras, puedan compensar sus emisiones contaminantes comprando créditos de emisiones. Pero en lugar de hacerlo a los fabricantes como hasta ahora, lo podrán hacer también a los propietarios de los vehículos eléctricos que reciben una compensación anual por su reducción de emisiones.

Denominado “Cuota de reducción de gases de efecto invernadero” tiene como objetivo reducir las emisiones de CO2 en el sector del transporte y, por lo tanto, ayudar a alcanzar los objetivos climáticos. La administración indica cuántas toneladas de gases de efecto invernadero puede emitir cada empresa, y si supera este valor, se le cobrará una penalización.

Pero la empresa tendrá como opción comprar los derechos de contaminación a terceros. Algo hasta ahora limitado a los clientes industriales, pero que desde este 2022 el gobierno alemán ha extendido a los particulares que podrán vender a las energéticas el CO2 que están ahorrando al circular con su vehículo. Algo que supone hasta 300 euros al año por vehículo en un coste que fluctuará dependiendo del coste del CO2.

El objetivo es poner en marcha un sistema que sirva de incentivo adicional para que los clientes den el paso de los coches diésel o gasolina o híbridos, a los eléctricos. Y es que de momento los híbridos enchufables están excluidos de un formato que recientemente ha añadido a las motos eléctricas.

Para darse de alta el cliente además no tendrá que enfrentarse a un infierno burocrático, sino que tendrá que usar una de las webs de los intermediarios que gestionan el intercambio, añadir sus datos bancarios, una foto de la documentación de su vehículo, y listo.

Cada cuánto tiene que pasar la revisión un coche eléctrico

Otro aspecto importante es que este dinero será neto. No será tributable como ingreso o ganancia patrimonial, por lo que no imputará en la declaración del año siguiente. Algo que solo podrán realizar los particulares, ya que las empresas si tendrán que cotizar por esto.

El formato ha encontrado algunas críticas que indican que es un sistema que permite a las empresas el poder seguir contaminando con un coste bastante reducido, y además practicar un poco de greenwhashing, o limpieza de imagen ambiental.

Pero según Greenpeace, es mejor que el cliente acepte la venta de esos créditos de emisiones, ya que de lo contrario la cuota volverá al estado. Y en algún momento será subastada y entonces las empresas llegarán a esta cuota de una forma u otra, pero sin beneficio para los usuarios.

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