Esta pasada semana Europa daba un paso casi definitivo en la aprobación de una medida con un fuerte componente simbólico. Y es que cuando se de luz verde de forma definitiva, a partir de 2035 no se podrán vender coches con motor de combustión en el continente. Un movimiento que ha sido bienvenido por algunos de los principales grupos automovilísticos de Europa, Volkswagen y Mercedes-Benz.
Desde Volkswagen se ha calificado el plan como un «objetivo ambicioso pero alcanzable» que se enmarca en una transformación de la industria al coche eléctrico que es «irreversible».
Sobre la posibilidad de usar otras tecnologías, como el hidrógeno, desde Volkswagen se ha indicado que el coche eléctrico a batería “es la única forma ecológica, tecnológica y económicamente sensata de reemplazar los motores de combustión lo más rápido posible”.
Desde Mercedes-Benz también han dado su bendición al proyecto europeo, y han indicado que «para 2030, estamos listos para ser completamente eléctricos siempre que las condiciones del mercado lo permitan. La decisión de la prohibición coloca la responsabilidad de su logro en los políticos que deben garantizar que se cuente con la infraestructura de carga necesaria».
Por su parte desde la patronal de fabricantes de coches de Europa, ACEA, se ha expresado su apoyo general al objetivo, pero al mismo tiempo ha pedido un informe de progreso en 2028, más o menos a mitad del recorrido del proyecto, para determinar o reajustar los objetivos posteriores a 2030.
Pero está claro que a pesar de que hay voces reticentes con esta iniciativa, que como recordamos prohibirá también las ventas de coches híbridos o los híbridos enchufables nuevos, la posición de algunos de los grupos más poderosos a favor del proyecto supondrá su inevitable puesta en funcionamiento.
Algo que tendrá una influencia mucho más allá del propio 2035, y es que el contar con una fecha límite, apenas 12 años, las inversiones en modelos de combustión pasarán a la irrelevancia, e incluso aquellas destinadas a desarrollar modelos híbridos también recibirán un duro varapalo en favor de el desarrollo de soluciones 100% eléctricas.
Un factor inversión que posiblemente se comience a notar ya a corto plazo con el frenazo al lanzamiento de nuevos modelos híbridos o híbridos enchufables, y su paulatina desaparición del mercado en la segunda mitad de la década.
