Hace ya dos años que hemos hablado de una solución cuando menos diferente. Se trata del sistema de almacenamiento LAVO, que no es otra cosa que una batería para el hogar que utiliza hidrógeno en vez de celdas de litio. Ahora la empresa ha comenzado a recoger pedidos, pero parece que su función tendrá mucha mejor aplicación en grandes instalaciones renovables.
Como recordamos, en su formato residencial este sistema cuenta con unas medidas de 1680mm de alto, 1240mm de ancho, 400 mm de grosor, y un peso con el depósito lleno de 324 kilos, que puede almacenar hasta 40 kWh de electricidad. Un hidrógeno que se almacena en un depósito de hidruro metálico y se convierte de nuevo en electricidad cuando es necesario utilizando una pila de combustible.
Su capacidad es suficiente según los responsables de la compañía de ofrecer entre dos y cuatro días de autonomía a una vivienda media y cuenta con una potencia de carga y descarga de 5 kW a 48 V, y una garantía de 10 años con una estimación de vida útil de 20.000 ciclos.
La compañía ha abierto el plazo de reservas que se ha traducido en unos ingresos estimados de 65 millones de dólares australianos por reservas en 40 países. Algo que no parece un negocio demasiado importante si tenemos en cuenta que desde la propia compañía se han dado cifras de este sistema aplicado al almacenamiento de grandes sistemas renovables, como parques eólicos o solares.
Según el director de operaciones de LAVO, Jacques Markgraaf, el formato denominado EOS permitirá a los operadores de los parques de energías renovables la oportunidad de aumentar su tasa de rendimiento. “Se trata de una unidad a escala de servicios públicos mucho más grande llamada EOS para un parque solares o eólicos.»
El directivo de LAVO ha indicado a los medios australianos que cuentan con pedidos por valor de 1.000 millones de dólares de su baterías adaptada a los sistemas estacionarios. Eso a pesar de que todavía no tienen fábrica para su construcción ni fecha para completarlo.
Pero el hambre por la mejora de la eficiencia energética, y la necesidad de buscar alternativas, está permitiendo a diseños como este inicialmente previstos para pequeñas instalaciones residenciales den el salto a las grandes ligas y logren hacerse un hueco en los presupuestos de los sistemas estacionarios en su búsqueda por compensar su intermitencia, y situarse como una mejor alternativa al gas.
