Las cifras de aceleración de 0 a 100 km/h de algunos coches eléctricos empiezan a entrar en el terreno vedado a los hiperdeportivos. Con los motores térmicos no era nada fácil obtener cifras impresionantes de 0 a 100 km/h, 3 segundos o menos, pero con la entrega de par de los motores eléctricos la cosa cambia. Las diferencias afloran más de 0 a 200 km/h, o de 100 a 200 km/h, pero son registros menos comerciales.
Christian von Koenigsegg, responsable de la marca que lleva su apellido, habló de ello en el podcast de Top Gear Magazine. El fabricante está trabajando en un hiperdeportivo eléctrico que tendrá unas prestaciones de infarto, pero modelos como el Tesla Model S Plaid o Porsche Taycan Turbo están ahí en cifras (al menos en línea recta).
Tradicionalmente, en los deportivos más radicales solo 20 kg pueden ser una gran diferencia. Koenigsegg dijo que en los coches eléctricos 20 kg menos pueden ayudar, pero no suponen una gran diferencia: «Es difícil hacerlo, y deberías hacerlo si puedes, pero eso es solo el 10% de lo que creo que debe ser diferente», refiriéndose a modelos más de calle.
Para Koenigsegg, los hiperdeportivos necesitan ahora más justificaciones para su mera existencia, dado que sus precios son astronómicos y no todo es cuestión de exclusividad. Si no despuntan tanto en las prestaciones, tendrán que aportar algo más. Por ejemplo, el sonido ya no es una cuestión tan diferencial como hablando de coches con motor de combustión interna.
Koenigsegg no desveló cómo van a hacerlo. Similar dilema se han encontrado otros ingenieros y diseñadores tratando lograr una mayor diferenciación, por ejemplo el cómo será un muscle car para Dodge cuando solo se usen motores eléctricos. De todas formas, a nivel dinámico un hiperdeportivo aumenta sus diferencias con un coche de calle muy potente cuando se entra a circuito o se conduce de forma espirituosa. Eso no lo ilustra una cifra de 0 a 100 km/h.
Dicha cifra tampoco dice nada de qué pasa cuando las prestaciones se exigen durante más tiempo que un par de acelerones. Varios modelos eléctricos de gran potencia sufren limitaciones cuando sus baterías o sistema eléctrico empiezan a calentarse, o los frenos empiezan a tener dificultades. Por ahí pueden ir los tiros, una cosa es correr en línea recta, y otra cosa mantener el esfuerzo cuando vienen muchas curvas. Ese sí que es terreno de los hiperdeportivos.
Por otra parte, hablando de velocidad máxima, romper la barrera de las 300 millas por hora (482 km/h) está dentro de los planes, pero Koenigsegg dijo que «es algo que da miedo». Ya por encima de los 400 km/h supone un enorme desafío tener la suficiente fuerza descendente para evitar que el coche salga volando, que los neumáticos no se hagan jirones en minutos, y que el conductor mantenga fácilmente el control.