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¿Adiós Nord Stream 2? Como están los trabajos de Alemania y Noruega para transportar hidrógeno y eliminar el gas ruso

En el mes de marzo después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, Europa se puso en marcha para reducir su enorme dependencia energética del gas ruso. Un movimiento traumático que ha tenido consecuencias como el inicio de un mega proyecto que busca producir hidrógeno verde y azul a gran escala en Europa. La pregunta es casi seis meses después de la presentación del proyecto, como se encuentra.

Y es que los grandes cambios no se pueden hacer de un día para otro. Algo que en su momento las autoridades europeas no pensaron al aplicar sanciones a uno de sus principales suministradores energéticos. Ahora toca sufrir esas consecuencias, y sobre todo, planificar un futuro sin los suministros de Rusia.

Para acelerar la transición energética y reducir la mencionada dependencia de las energías fósiles de Rusia, Alemania y Noruega estudiarán la viabilidad de producir hidrógeno en esta última y transferirlo a la primera con una nueva canalización marítima, un hidroducto o gasoducto de hidrógeno. Si bien el objetivo es que se trate de hidrógeno renovable/verde, se aceptará que temporalmente sea de origen fósil/azul -con captura de carbono asociada-.

En estos momentos Alemania ha seleccionado la región de Rostock como emplazamiento para las primeras instalaciones en un proyecto que en esta fase inicial contará con un presupuesto de 1.000 millones de euros y cuyo objetivo será el descubrir si se puede realizar la producción y transporte de hidrógeno producido con gas o con renovables en Noruega hasta Alemania, aplicando tecnologías como la captura de CO2 para minimizar el impacto.

En opinión de la compañía alemana VNG: «Alemania como nación industrial dependerá de fuentes de energía gaseosas y líquidas a largo plazo. El hidrógeno verde no estará disponible en cantidades suficientes hasta 2030 para alcanzar los objetivos climáticos para el mercado de la calefacción, el transporte y la industria«.

En este contexto, desde Alemania ya se habla de del llamado “hidrógeno descarbonizado” como una “tecnología puente” para el ahorro de CO2 en la generación de energía.

Pero la realidad es que de momento no se sabe cómo se realizará el proyecto. Según VNG, se están planificando varios posibles subproyectos como parte de la cooperación con el grupo energético noruego Equinor.

Además de la producción de hidrógeno, también se producirá amoníaco bajo en CO2, captura de dióxido de carbono, así como uso y almacenamiento en alta mar de CO2. En consecuencia, en un primer paso, el hidrógeno y el amoníaco bajos en CO2 podrían entregarse directamente desde Noruega como vectores de energía.

Según las últimas informaciones, en estos momentos se discute la construcción y operación de una planta que pueda producir hasta 230.000 toneladas de hidrógeno a partir de gas natural noruego. Según VNG, alrededor del 20% de todo el mercado alemán de hidrógeno podría cubrirse con una producción de hidrógeno a esta escala.

La pregunta ahora, además de cuánto, es el cuándo. Según las ideas de Equinor y VNG, después de analizar las condiciones marco específicas, como los procesos y permisos, se examinarán primero como parte de un estudio de viabilidad, que debería comenzar «pronto». Sin concretar fechas.

Desde VNG se apunta a un plano temporal para el inicio del proyecto para 2025/2026, con un plazo de ejecución de 3 años. Algo que supondrá que si todo marcha como está previsto, para 2028 o 2029 este proyecto debería estar listo.

Momento en el que deberían estar resueltas las cuestiones tanto de la producción del hidrógeno con la mayor cantidad posible de energías renovables, el coste del mismo así como otros retos no menores como desarrollar la infraestructura para que el propio hidrógeno pueda ser enviado a miles de kilómetros de distancia por conductos.

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