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En 2035 el 50% de los camiones vendidos serán eléctricos. En 2040 serán el 85%

Según un estudio de la consultora norteamericana McKinsey, más de la mitad de todos los camiones registrados en Europa, Estados Unidos y China serán eléctricos en 2035. Un punto de inflexión en un camino paulatino que nos dibuja como incluso en los sectores industriales la electrificación tendrá su protagonismo en las próximas décadas.

Se trata de una industria que por si sola representa el 5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero en todo el mundo. Un camino hacia la descarbonización del sector que estará determinado por la regulación desde los gobiernos, los avances en tecnología y la reducción de costes. También jugarán un papel la dinámica del mercado y el desarrollo de la infraestructura de carga.

Desde el punto de vista del cliente profesional, el coste total de propiedad es el parámetro más importante a la hora de seleccionar un vehículo. En este caso, el análisis de McKinsey muestra que para 2030, los camiones alimentados eléctricos a batería así como los dotado de una pila de combustible de hidrógeno serán más rentables que los camiones con motor diésel en casi todos los segmentos.

El informe indica que en ciertas aplicaciones de nicho, los biocombustibles o los combustibles sintéticos también pueden desempeñar un papel en el futuro, a pesar de sus mayores costes.

Según Bernd Heid, socio principal de McKinsey y coautor del estudio: “Veremos una cartera de soluciones de descarbonización en la industria de vehículos comerciales. Las diferencias en los costes de la tecnología, la disponibilidad de la infraestructura, los diferentes perfiles de uso y los precios locales de la energía tendrían un impacto en las decisiones de compra de los operadores de flotas

Camiones eléctricos: las baterías, su talón de Aquiles

El sector se enfrenta a retos como el poder contar con una capacidad de producción limitada principalmente por la disponibilidad de baterías.

El informe indica que la transformación requerirá inversiones sustanciales en capacidades de producción e infraestructura en Europa, Estados Unidos. y China. Serán necesarias al menos 12 fábricas de baterías adicionales, cada una con una capacidad de 25 GWh por año, que además tendrían que estar plenamente operativas para 2030.

Además se necesitará movilizar unos 450.000 millones de dólares en sectores como la red de recarga para modelos a batería, así como de repostaje para camiones a hidrógeno. De lograrse, el estudio indica que para 2040, la proporción de vehículos comerciales eléctricos a batería y aquellos con celdas de combustible llegará a más del 85% de las nuevas matriculaciones.

Pero para que haya ventas, tiene que existir una oferta amplia y variada para cubrir las diferentes necesidades de cada cliente. Según el análisis, los fabricantes de industriales deberían ofrecer más de 70 modelos de camiones eléctricos en Europa y EE. UU. para 2024, principalmente para el tráfico de reparto urbano y regional.

Sin embargo, estos modelos aún representarían solo el 2% del volumen total de producción para esa fecha.

Una conversión que será gradual, y que en 2030 supondrá que 9 de cada 10 camiones en la carretera seguirían siendo de propulsión convencional, y en 2040 a pesar de la aplastante mayoría de ventas de eléctricos, todavía seguirán siendo 6 de cada 10.

Algo que nos indica que si queremos transformar el transporte por carretera, será necesaria una acción profunda y sostenida en el tiempo que involucre desde la producción de baterías, de vehículos, así como el despliegue de la red de recarga necesaria para asegurar sus operaciones.

Vía | Cleanenergywire

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