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Ahora no Permitir

Donald Trump utilizó datos falsos o inventados sobre coches eléctricos en su último mitin

El ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está de vuelta, y como suele hacerlo, con la polémica de la mano. En noviembre hay elecciones legislativas (Congreso y Senado) y Trump dio un mitin inaugural de campaña en el pabellón de Wilkes-Barre, en Pensilvania, con miles de espectadores in situ y otros tantos en TV e Internet. Hay una parte de su intervención interesante, ya que habló de coches eléctricos y sin mucho acierto. Llegó a decir: «debemos deshacernos de esas cosas».

Se declaró a favor de los coches eléctricos y se jactó de los incentivos que hubo para los mismos… siguiendo el mismo esquema que con Obama. Por lo que sí que no está es por la apuesta de la Administración Biden de ir totalmente hacia la electrificación. Quiso convencer a su audiencia con argumentos tan peregrinos como que son el doble de caros.

La comparación no tiene un pase dentro del mismo segmento, donde los precios no están tan lejos a igualdad de potencia, equipamiento y posicionamiento, ni siquiera a nivel general, porque la media de un coche nuevo en EEUU está en 48.000 dólares y los eléctricos en una media de 66.000. Ni siquiera es un 40% más. Los incrementos de precio de las materias primas desde la pandemia de COVID ciertamente no son responsabilidad de la Administración Biden, ni siquiera suya, porque en 2020 Trump era el presidente.

Como tampoco lo es el precio de la gasolina, al que hizo mención en primer lugar, ni tampoco estuvo el galón tan barato -como aseguró- durante su mandato. Más bien los precios estuvieron un par veces por debajo de 2 dólares el galón, pero ni siquiera cerca de un dólar el galón. Y hablando de eso, fijaos en esta, contando una anécdota de un supuesto amigo suyo:

«Compró un automóvil eléctrico e hizo el viaje a menudo desde Kentucky a Washington, y lo logró. Conducía cuesta abajo, guardaba el coche y conducía de vuelta. Obtenía como 38 millas por galón», dijo Trump. Aquí todos sabemos que los coches eléctricos no consumen galones de gasolina, salvo que se trate de un híbrido enchufable. 38 MPG equivalen a 6,2 l/100 km.

Si se refería a los MPGe, es decir, millas por galón equivalentes, medida usada por la EPA para comparar la eficiencia de los coches eléctricos, el peor modelo del mercado (Audi E-Tron S) rinde casi el doble, 63 MPGe. En esta medida, cuanto más alto es valor, más eficiente es un coche. Además, el supuesto amigo tenía que parar a recargar cada dos horas. Eso ya entra dentro de lo posible.

De las ciudades de Kentucky a Washington D.C. hay unas 530 millas, 850 kilómetros. Es factible hacer 6,2 l/100 km con un PHEV, pero eso no encaja con lo que dijo a continuación

Audi e-tron en un punto de recarga de Electrify America

«Tardé más tiempo en recargar el maldito coche que lo que me tiré conduciendo, me llevó dos veces y media [más]», comentó después, citando al supuesto amigo. En el caso de ser eso cierto, probablemente el supuesto amigo no utilizó el punto de recarga más rápido del Estado, porque eso apunta a una recarga semirrápida o rápida (hasta 50 kW) a secas. También pudo cometer la novatada de esperar a un relleno del 100%, cuando al 80% ya se puede continuar y perdiendo menos tiempo.

Sin parar para nada, a velocidades legales el trayecto de Kentucky a Washington D.C. no baja de las 8 horas al volante. ¿Se tiró más de 8 horas recargando? ¿Y qué me decís de 20 horas recargando, dos veces y media más? No tiene sentido

Donald Trump no es tonto, aunque a veces puedan existir dudas, y mide muy bien sus mensajes. Es un polarizador nato y trata de dividir a la opinión pública, como si los coches eléctricos fueran una cosa de demócratas (haciendo la equivalencia a Europa, como ser de izquierda o centroizquierda). Por cierto, la Administración Biden ha reforzado la producción doméstica de coches eléctricos y baterías con su Inflation Reduction Act, pero eso no quedaba bien decirlo.

Lo que dice este señor tiene su importancia, más que nada porque puede presentarse como candidato a las elecciones presidenciales de 2024, siempre y cuando salga indemne del via crucis judicial en el que se ha metido por llevarse -presuntamente- documentos confidenciales a su residencia en Mar-A-Lago, que convenientemente para él se puede vestir como una conspiración demócrata para que no vuelva a la Casa Blanca.

Eso le puede funcionar, no lo perdáis de vista, y las consecuencias no van a ser únicamente tangibles en EEUU como vuelva al despacho oval.

Vía | Electrek

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