Cuando estamos valorando la compra de un coche eléctrico, normalmente nos fijamos en su diseño, prestaciones y precio. En este caso especialmente miramos la autonomía. Pero este no es un dato fácil de conocer ya que tenemos la autonomía homologada, obtenida en condiciones muy favorables, y luego el mismo vehículo en condiciones reales puede lograr cifras diferentes según la época del año.
Para saber las diferencias, un equipo de la Universidad de Wismar, Alemania, ha conducido una unidad del Volkswagen ID.3 de 77 kWh durante todo el año, y en diferentes condiciones externas. Tanto en primavera, en verano, otoño, y el duro invierno del centro de Europa. Todo para saber las diferencias de consumo, y autonomía del compacto alemán en condiciones reales.
En total la prueba ha supuesto conducir el ID.3 durante un año completo, en el que han recorrido un total de 30.594 kilómetros. Para comparar datos, se ha usado un Golf Diesel TDI, que ha estado en la carretera en el mismo período recorriendo 31.916 kilómetros.
Volkswagen ID.3: diferencias de consumo en invierno
El ID.3 ha logrado en este tiempo un consumo medio de 14,4 kWh cada 100 kilómetros. En los meses de verano, de junio a agosto, el consumo fue ligeramente inferior, situándose en los 13,3 kWh/100 km, mientras que en invierno, diciembre a febrero, el consumo aumentó a 17,0 kWh.
Esto supone que el ID.3 ha visto como el consumo ha aumentado un 28% durante los meses de invierno respecto a los de verano.
¿Como se refleja esto en la autonomía? Sin duda es la pregunta que todos nos estamos haciendo. Según los datos del estudio, la autonomía con una carga completa varía según la época, pasando de los 404.8 km en verano, a los 317 kilómetros en invierno.
La respuesta a por qué menos autonomía, y más consumo, en invierno, se debe principalmente al mayor uso de la calefacción. Y es que además de climatizar el interior, el sistema también debe destinar una parte de la energía a climatizar la batería para mantenerla en un arco de temperatura específico que mantenga su eficiencia. Un esfuerzo que no necesita hacer en verano, y que toma la energía de la batería.
En el caso del modelo diésel, en este caso las variaciones de temperatura exterior no afectan de tal manera al consumo. En verano, el Golf consume 49,7 kWh cada 100 kilómetros y en invierno 52,2 kWh. Apenas un 5% más gracias a factores como el uso del calor del motor para calentar el habitáculo.
A pesar de esto, la conclusión según los responsables es que el claro ganador es el ID.3, que se ha colocado con mucha diferencia como el más eficiente de los dos.
«Desde un punto de vista energético, el ID.3 sale de esta comparativa como el claro ganador, sin tener que aceptar restricciones significativas en la conducción diaria«
Y es que con los datos en la mano, a lo largo del año, el Golf diésel ha consumido unas 3,5 veces más energía que el ID.3 en el mismo recorrido. Una diferencia que se nota en el bolsillo a la hora cargar o repostar, ya que tomando como referencia los precios de la electricidad y el diésel en Alemania, 45 céntimos el kWh y 1,85 euros el litro respectivamente, el ahorro para el propietario del modelo eléctrico ha sido de 831 euros durante esta prueba.
Vía | Ecomento
