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De gigafábrica a megafracaso. Se confirma la bancarrota de la fábrica de baterías Britishvolt

En 2021 el gobierno británico se lanzaba a una carrera desesperada por atraer inversiones para la producción de baterías para coches eléctricos. Un movimiento que respondía a los estudios que indicaban que sin baterías, no habría fábricas de coches. Una de las respuestas más ambiciosas ha sido la empresa Britishvolt, que ahora ha confirmado el fracaso de sus intentos y se encamina hacia la bancarrota.

El objetivo inicial era levantar una gigafábrica en Reino Unido destinada a la producción de baterías para coches eléctricos, creando más de 8.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos. Un proyecto que sedujo a las administración inglesa, que prometió 100 millones de libras para ayudar en su puesta en marcha.

Y es que el miedo a una nueva pérdida del peso de la industria automovilística planeaba muy seriamente por Downing Street. Y es que según informes realizados en su momento por la Institución Faraday, un organismo respaldado por el gobierno, sugieren que el Reino Unido podría perder hasta 100.000 puestos de trabajo si no cuenta con una potente industria de la producción de baterías y coches eléctricos, ya que los fabricantes de automóviles están empezando a desterrar la gasolina y diésel, que constituyen la gran mayoría de la producción automotriz británica.

A pesar de esto, el gobierno se negó a hacer un anticipo de 30 millones de libras en el último trimestre del 2022, al enterarse de que un tercio del dinero se usaría para ayudar a mantener la empresa a flote en lugar de construir la fábrica.

Un extremo que ha supuesto el finiquito a un proyecto que ya está en manos de los auditores que intentarán vender los pocos activos que tiene para saldar deudas antes de su liquidación.

Un cierre que para muchos supone poner en peligro las esperanzas de Reino Unido de atraer o mantener la producción de la próxima generación de coches eléctricos, y evitar su traslado a la Europa continental.

Un lugar donde la mayor parte de los estados ya tienen grandes plantas de producción de baterías a la vista, algunas de ellas ya en marcha, y donde no tendrán que lidiar con problemas como los elevados costes del transporte, los tiempos de entrega, o los aranceles y problemas burocráticos originados por el Brexit.

Vía | Reuters

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