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Esta batería de zinc y manganeso quiere ser una revolución de bajo coste en el mercado de respaldo residencial

Desde hace años, los investigadores trabajan en traer al mercado baterías más capaces, económicas y sostenibles. Sistemas que prescindan de los costosos materiales como cobalto e incluso litio, que permitan desarrollar baterías de respaldo para instalaciones residenciales o de la red eléctrica más económicas. Ahora la empresa sueca Enerpoly ha dado los primeros datos de una propuesta con la que quieren dar un impulso al mercado.

Esta compañía con base en Estocolmo ha presentado una batería de iones de zinc, que destacan por sus buenas cifras de densidad energética, y que pueden ser utilizadas tanto en pequeñas instalaciones privadas, como en grandes granjas de baterías con capacidad de hasta 10 horas de respaldo.

Enerpoly ha diseñado unos packs de 3 kWh por unidad, con una tensión nominal de 48 V y una capacidad nominal de 60 Ah. Cada conjunto tienen una potencia máxima de carga/descarga de 2,8 kW, con 1,4 kW de potencia continua, todo con unas medidas de 800 mm x 177 mm x 432 mm. Pueden trabajar a plena eficiencia en un arco de temperaturas que van desde los 10 grados bajo cero a los 50º.

La tecnología de Enerpoly utiliza un formato prismático, y en su interior encontramos un ánodo de zinc metálico, mientras que para el cátodo se ha usado dióxido de manganeso. Por su parte el electrolito es a base de agua.

El resultado es una batería compacta, que además cuenta con un elevado nivel de seguridad donde los responsables de la empresa indican que no hay riesgo de fuga térmica. Algo clave en aplicaciones donde se instalarán las baterías en interior, o en grandes conjuntos estacionarios.

También muy importante es que sus materiales podrán ser fácilmente reciclables, lo que unido a su producción dentro de Europa, y con materiales todos procedentes del viejo continente, se traduce en una huella de emisiones en su producción mucho menor.

La gran pregunta además de las cifras de densidad energética y volumétrica, que de momento no publican, es el precio. Según sus desarrolladores pueden lograr rebajar el coste hasta los 100 dólares por kWh. Una diferencia notable con las cifras actuales medias del sector de las baterías de litio, que rondan los 200 o 300 dólares el kWh. Incluso se posicionarían como una alternativa mucho más económica que los acumuladores de plomo.

Sin duda lo mejor de todo es que no hablamos de una batería milagrosa sin plazos de llegada al mercado, y de esa forma el equipo ha indicado que el proceso de desarrollo en laboratorio ha finalizado, y que han comenzado una colaboración para iniciar una fase de pruebas y verificación que tendrá dos años de duración.

Una noticia que se suma a otras muchas que en los últimos meses, y que dibujan un escenario a muy corto plazo donde el coste de los sistemas de almacenamiento caerán de forma drástica, lo que ayudará a revolucionar diferentes sectores, y lo más importante, nos ayudarán a acelerar nuestra reducción de la dependencia de los combustibles fósiles.

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