¿Pueden tener su hueco en el mercado europeo los económicos Kei car japoneses?
El pasado año Nissan y Mitsubishi lanzaban en Japón un par de Kei car eléctricos. Dos modelos idénticos que en el caso del Nissan logró incluso hacerse con el premio al coche del año en ese mercado. La clave, un diseño extremadamente compacto, con un amplio espacio interior y un precio razonable. Una propuesta que podría tener su espacio en Europa.
Y es que en nuestro mercado, las opciones en la zona baja de precios es muy irregular. Las alternativas más económicas son el cuadriciclo Citroën AMI, desde 8.990 euros para una propuesta con una velocidad máxima de 45 km/h, una autonomía de 75 kilómetros y solamente dos plazas.
Luego el salto es hasta el Dacia Spring, que eleva la velocidad máxima hasta los 125 km/h, la autonomía llega a los 230 km, y su precio se coloca en los 20.555 euros en su versión más económica. Un importante hueco que podría ser cubierto por un Kei car como el de Nissan o Mitsubishi.
La propuesta de los japoneses por su parte nos ofrece un modelo de 3,4 metros de largo, 1,48 metros de ancho y 1,66 metros de alto, con una batalla de 2,5 metros. Está homologado para cuatro plazas y dispone de un maletero de apenas 107 litros. Su motor eléctrico ofrece 47 kW (64 CV) de potencia, que le impulsan hasta una velocidad punta de 130 km/h.
Su pack de baterías de 20 kWh le proporciona una autonomía de 180 km WLTC. Dispone de un sistema de carga rápida, gracias al cual pasa del 10 al 80% en apenas 40 minutos, todo con un precio en Japón de 2.333.100 yenes, 15.940 euros al cambio, antes de ayudas públicas.
¿Tienen su espacio los Kei car eléctricos en Europa?
Pero hablamos de un mercado europeo donde las regulaciones han convertido a los coches en vehículos más seguros, pero también más caros, y donde los modelos que llegan desde fuera de nuestras fronteras deben adaptar su propuesta en diferentes apartados si quieren poder vender.
Pero tal vez la primera barrera es la cultural, relacionada con el diseño. Los Kei car destacan por su forma cuadrada, que es resultado de unas normas del gobierno japonés para desarrollar vehículos que ocupen el mínimo espacio, pero ofrezcan unas buenas cuotas de habitabilidad interior.
Los precedentes no son muy optimistas, ya que en nuestro mercado hemos visto pasar con más pena que gloria a propuestas como el Suzuki Wagon R+ o el Opel Agila. Dos diseños muy Kei car que no han logrado implantarse por factores como un diseño que choca con los gustos europeos por las líneas más curvas, y sobre todo, el apetito por los SUV.
A esto se añade la necesidad de adaptar los vehículos a las estrictas normas de seguridad GSR2. Estas determinan que los modelos lanzados en Europa desde el 6 de julio de 2022 deben cumplir, y a partir de 2024 los modelos existentes a la venta en el mercado deberán hacerlo, para permanecer a la venta con requisitos como contar con frenado de emergencia avanzado, detección de somnolencia del conductor y mantenimiento de carril de emergencia, entre otros sistemas.
Algo que no es un problema para los nuevos lanzamientos, pero si un reto para los vehículos ya desarrollados y lanzados al mercado sin estas características.
La buena noticia es que los modelos mencionados anteriormente, cuentan con tecnologías como el sistema Pro-Pilot de Nissan, lo que posiblemente haría más fácil el cumplimiento de la normativa europea sin tener que afrontar cambios importantes.
Un aspecto el del diseño que podría pasar a un segundo plano si tenemos en cuenta los beneficios que ofrecerá a sus clientes un tipo de vehículo sencillo, funcional, y sobre todo, con un precio que si logra colocarse a medio camino entre el Citroën AMI y el Dacia Spring, unos 15-17 mil euros, sin duda podrían tener su oportunidad.