Hace unos días veíamos como Thomas Schäfer, presidente de la marca Volkswagen, ha compartido unas duras declaraciones avisando de la caída de ventas y de que se aproximaban tiempos difíciles. Una dinámica negativa donde se dan la mano una demanda débil, con decisiones controvertidas como el optar por un modelo de venta con pleno control de los precios, que parece no estar funcionando en Alemania.
Este modelo de venta directa, donde el concesionario solamente se encarga de entregar el vehículo, se ha mostrado como una alternativa sobre el papel perfecta y que ha aplicado desde el principio de forma nativa Tesla, y que intenta ser replicada por Volkswagen, pero también por otros grupos, como Stellantis o Volvo.
Pero parece que una cosa es la teoría, y otra la práctica. Podíamos leer hace unos días en nuestro portal hermano Motor.es como Volkswagen estaba sufriendo una oleada de devoluciones o cancelaciones de pedidos sus coches eléctricos. Un problema que se suma a la bajada de la demanda, y que provoca a corto plazo un problema logístico ya que no hay espacio para almacenar estas unidades. Y es que los concesionarios, como los coches no son suyos, los devuelven y problema del fabricante.
Una de las razones de esta situación es el cambio de filosofía, ya que hasta ahora los clientes que se acercaban al concesionario estaban acostumbrados a negociar el precio con el comercial. Pero ahora, se encuentran con una tarifa fija que no se puede mover ni un céntimo.
Algo que se suma a que esta política sólo se aplica a los coches eléctricos, pero no a los de combustión o los híbridos, que sí tienen descuento. Un aspecto que está teniendo como resultado un efecto negativo en los clientes.
Volkswagen reconoce que el precio de sus coches eléctricos no es el correcto
El otro problema al que se enfrenta Volkswagen es la competencia. Y es que los precios de los coches de sus rivales han bajado de forma importante en los últimos meses, lo que se traduce directamente en que sulas propuestas más económicas del fabricante alemán, como el ID.3, ya están a la altura o por encima de otros modelos de segmento superior.
Esto hace que su venta sea una cuestión extremadamente difícil, y que desde Volkswagen ha achacado a los elevados costes de producción de los coches en Europa.
A raíz de esto, el presidente de Volkswagen ha instado a la junta directiva de la marca alemana a que busque urgentemente alternativas para bajar los precios de sus eléctricos, pues corren el riesgo de aumentar la distancia que hoy les separa de Tesla y, lo que es peor, con los grupos chinos entrando con todo en el mercado europeo, y abarcando desde los segmentos de acceso, a los rentables premium.
Un ejemplo del grave problema que tiene Volkswagen en Europa lo hemos podido ver hace unos días. Y es que el propio ID.3 está disponible en China con un precio de menos de la mitad que en Europa, con tarifas desde poco más de 15.200 euros.
Un aspecto que está lastrando los nuevos lanzamientos de la propia Volkswagen, como el ID.7, una berlina llamada a sustituir al Passat y luchar de tú a tú con Tesla, pero que la marca ha indicado que su llegada en otoño está en peligro por la falta de demanda.
Fuente | Motor.es
