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Estas son las conclusiones de un viaje de 500 kilómetros con un híbrido enchufable

Para muchos, los híbridos enchufables son un puente entre los modelos de combustión y los eléctricos puros. Un paso intermedio que permite moverse en modo eléctrico durante una determinada cantidad de kilómetros, pero manteniendo la autonomía y los tiempos de repostaje de los de combustión. La cuestión es saber cómo es el consumo y el coste de realizar un viaje largo en uno de estos modelos. Un Mercedes GLC 300e.

Este es un modelo híbrido enchufable que se coloca en la parte alta de la pirámide alimenticia. Y es que es uno de los modelos con mayor batería y mayor autonomía en modo eléctrico, que además completa con un sistema de carga rápida capaz de llegar a los 60 kW. Sobre el papel, una combinación que nos permitirá hacer grandes desplazamientos usando mínimamente el motor gasolina.

Pero eso es sobre el papel. La realidad suele ser diferente, y así lo han comprobado nuestros amigos de Automobile-Propre, que han realizado una prueba de 500 kilómetros a los mandos de una unidad del GLE 300e.

Este modelo como recordamos cuenta con una gran batería de 31.2 kWh brutos, que le proporcionan una autonomía en modo 100% eléctrico de 130 km bajo el ciclo WLTP. Algo que combinado con su capacidad de carga rápida, que en 31 minutos le permiten llevar la carga del 0 al 100%, debería otorgarle unas buenas capacidades para viajar.

Una de las primeras sorpresas es que incluso viajando por autovía, el GLE logra unas cifras de autonomía bastante mejor de lo que podríamos esperar, logrando cubrir hasta 103 kilómetros con cada carga, siendo la media en este recorrido de 89 kilómetros. No es una cifra como para turar cohetes, ya que supone un consumo medio de 27.7 kWh a los 100 km, que se colocan muy por encima de lo habitual entre los SUV eléctricos.

La prueba ha determinado que recorrer 500 km ha necesitado en total 4 horas y 20 minutos, a lo que hay que sumar las paradas a recargar.

Curva de carga del Mercedes GLC 300e

Y aquí es donde el planteamiento se derrumba. Y es que para lograr completar el recorrido en modo 100% eléctrico, los responsables de la prueba han tenido que parar nada menos que siete veces. Un mismo recorrido que un Renault ZOE de 50 kWh logró completar con solo tres paradas, y que alargó el viaje en otras 2 horas y 26 minutos.

Esto nos indica que sumando el tiempo de conducción, los tiempos de carga, este recorrido de 500 kilómetros utilizando únicamente el motor eléctrico supuso un total de 7 horas 14 minutos.

A esto se suma el elevado coste por culpa del alto consumo. En total, cubrir estos 500 km en modo eléctrico ha tenido un coste en las estaciones de carga rápida de 76,6 euros, o unos 15,32 euros cada 100 km. Por supuesto, una cifra mucho menor en el día a día donde sus propietarios podrán sacar partido al menor coste de las recargas domésticas.

La conclusión es que este tipo de vehículos no tienen sentido si tenemos pensado viajar con ellos, ya que no suponen un ahorro considerable respecto a los modelos de combustión similares, y los tiempos para completa cualquier recorrido en modo eléctrico son inasumibles.

Una alternativa válida para el día a día en recorridos moderados, donde podremos sacar partido a su gran batería y amplia autonomía eléctrica, aunque siempre con el lastre de un sistema gasolina que da como resultado un conjunto muy poco eficiente en un modelo que como recordamos, arranca en España en un precio de 75.052 euros.

Un presupuesto con el que podremos comprarnos un coche 100% eléctrico con la autonomía más amplia del mercado, como un Polestar 2, con sus hasta 654 km WLTP en su versión Long Range Single Motor, y que en España arranca en los 54.390 euros (51.190 euros para unidades en stock). Y con la diferencia respecto al Mercedes, podemos comprarnos un Dacia Spring para ir a la compra.

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