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Nuevos detalles del Project Trinity, el avanzado coche eléctrico con el que Volkswagen quiere regresar a la cima de la industria

A pesar de los numerosos cambios a nivel organizativo que ha experimentado el Grupo Volkswagen en el último año, lo que ha llevado a una profunda reevaluación y reorientación de muchos de sus proyectos, el fabricante continúa trabajando en el Project Trinity, que dará como resultado un buque insignia eléctrico que verá la luz a finales de la década.

Previsto originalmente para 2026, el Trinity finalmente no verá la luz hasta como pronto dos años más tarde debido a la decisión de Oliver Blume, CEO de la compañía, de posponer el lanzamiento de la plataforma modular SSP debido a los retrasos acumulados por CARIAD (la división de software del conglomerado alemán) en el desarrollo de su arquitectura de software, conocida internamente como «2.0».

El vehículo resultante de este proyecto será el máximo exponente tecnológico de Volkswagen, ofreciendo una autonomía y unos tiempos de carga competitivos frente a los modelos con motor de combustión interna. Además, también se hará hincapié en la reducción de peso.

Desde el momento de su lanzamiento, el Trinity dispondrá de un sistema de conducción autónoma de nivel 2+, si bien contará con el hardware necesario para alcanzar un nivel 4 cuando la legislación lo permita. Esta tecnología se irá extendiendo paulatinamente al resto de automóviles del grupo; no en vano, la plataforma SSP se caracterizará por su enorme flexibilidad.

Volkswagen Trinity

Volkswagen seguirá los pasos de Tesla y simplificará al máximo el proceso de producción

Aunque inicialmente estaba previsto que el Project Trinity diera lugar a una berlina de aproximadamente 4,60 metros de largo, tras la destitución de Herbert Diess (antiguo CEO de la empresa) se habría decidido cambiar su silueta por la de un crossover, un tipo de vehículo más popular entre el público. Dicho de otra forma, pasará de ser un Jetta a un ID.5.

Su producción tendrá lugar en Wolfsburgo (Alemania), siendo el encargado de estrenar un nuevo proceso de producción simplificado (el hardware estará prácticamente estandarizado, ya que los clientes solo podrán elegir el color de la carrocería, el diseño de las llantas y la capacidad del pack de baterías; el resto de equipamiento opcional se desbloqueará mediante actualizaciones de software tras la compra).

«En el futuro, la configuración individual del vehículo ya no estará determinada por el hardware en el momento de la compra», explicaba recientemente Ralf Brandstätter, CEO de la marca. «En cambio, los clientes podrán agregar funciones bajo demanda en cualquier momento a través del ecosistema digital del automóvil».

Fuente | Auto Express

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