La aventura de NIO en Europa está siendo un desastre. Apenas 832 unidades vendidas en el primer semestre

Que los fabricantes chinos han llegado para quedarse es una realidad palpable. Pero no todos lo lograrán, y no será un camino fácil. Principalmente para las startups como NIO, que quieren competir en segmentos premium de tú a tú con los europeos. Algo que demuestran las desastrosas cifras de ventas que está acumulando la marca china, que busca expandir su presencia para mejorar sus números.

NIO no desglosa las cifras de ventas en Europa, pero hace unas semanas los medios alemanes indicaron que en los seis primeros meses del año, la marca asiática apenas había matriculado 832 unidades en toda Europa. Una cifra muy baja que el propio presidente ha dicho recientemente que no era la real, pero que tampoco estaban contentos con los números logrados hasta el momento, sin aclarar las matriculaciones logradas que según la consultora Dataforce, ha llegado a las 1.619 unidades en los 9 primeros meses del año. Apenas 180 unidades al mes.

Para tratar de mejorar las cifras, NIO ha confirmado los planes para expandir su red de ventas, y hacerlo acudiendo al formato de los concesionarios. Una opción que le hace perder control y margen sobre las ventas, pero que permite reducir el enorme coste de desplegar una red de tiendas y servicios técnicos propios.

Esto le permite, por otro lado, centrarse en sus principales prioridades, como es la expansión de su red de estaciones de cambio de batería, y también la fuerte inversión en I+D.

Los retos y riesgos para NIO

Fuentes internas en declaraciones a Automotive News, ha indicado que Europa tenía sus «peculiaridades», sin dar más detalles, y que la empresa estaba planeando expandirse a más países europeos, y estaban contratando personal en Francia, Italia, Hungría, Suiza y Austria.

Una red comercial importante para su actual gama, pero fundamental para el siguiente paso de la marca, como es la de lanzar en Europa su nueva marca «Firefly» que tiene como objetivo vender coches eléctricos de precios más bajos que los actuales, y que necesita volumen de matriculaciones para lograrlo. Una marca que se espera llegue a nuestro mercado en 2025.

Otro de los retos por delante son las medidas proteccionistas que Europa prepara para frenar la avalancha de coches eléctricos chinos.

Entre estas están los aranceles, pero también la expulsión de los programas de ayudas públicas de los coches fabricados fuera de Europa. Dos aspectos que apuntan directamente a marcas como NIO, que se verán afectadas por los dos factores.

Un fabricante que cuenta con apenas seis tiendas en Europa, y que tiene por delante un reto monumental para lograr implantarse. Algo que no será fácil ya que no tiene un gran grupo detrás para inyectar dinero, como si lo tienen MG, del grupo SAIC, o las marcas del grupo Geely, como Zeekr, Polestar, Volvo…

También está la competencia de otras marcas establecidas, como Tesla, que no para de bajar sus precios, y que en la práctica supone que la versión más económica del NIO ET5, con batería de 75 kWh y 435 km de autonomía, arranque en los 59.500 euros, o 16.500 euros más que el Model 3 Standard en Alemania, con 554 km WLTP, mientras que la versión del ET5 con batería de 100 kWh, sube su autonomía hasta los 560 km WLTP, y su precio hasta los 68.500 euros, o 16.510 euros más que el Tesla Model 3 Long Range Dual Motor, con 678 km WLTP.

Aspectos que nos indican que la propuesta de NIO es mucho más cara, menos eficiente y apenas tiene presencia comercial ni imagen de marca en Europa. Factores que parecen la receta perfecta para el fracaso.