El boom del hidrógeno verde (gran apuesta de España), en peligro: el crecimiento es tibio y los costes se disparan
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Publicado: 10/10/2023 10:32
El hidrógeno de bajas emisiones está experimentando un crecimiento constante a pesar de desafíos financieros y económicos, según un informe de la AIE. Sin embargo, su presencia es testimonial y la actual situación económica ha disparado hasta un 50 % los costes.
Dentro del panorama de transición energética actual, el hidrógeno verde es uno de los más controversia y dudas plantean, ya que no los intentos por conseguir producirlo de forma rentable a gran escala no terminan de cuajar.
Y lo cierto es que España se juega mucho en este asunto, pues el hidrógeno verde es una de las grandes apuestas del gobierno actual, que está invirtiendo cerca de 18.000 millones de euros en un proyecto a largo plazo que le convierta en uno de los principales exportadores del mundo.
Son muchos los proyectos existentes en Europa y España, pero la situación actual no acompaña y, según un informe de la Agencia Mundial de la Energía (IEA), bastantes de ellos corren el riesgo de no llegar a buen puerto.
Costes financieros y de equipamiento
Independientemente de si la tecnología del hidrógeno verde está avanzando según lo esperado o no, lo cierto es que los costes asociados a la misma se están disparando, al igual que ocurre en otras muchas industrias.
La inflación y el crecimiento de los tipos de interés hacen que la financiación sea cada vez más complicada, con incrementos de los costes en hasta un tercio de la previsión inicial. Esto, además, propiciará que la inversión pública disponible permita la puesta en marcha de un menor número de proyectos.
Por otro lado, el equipamiento también se está encareciendo, con los electrolizadores como principales protagonistas. Todo ello resulta en costes un 50 % superiores a los planeados meses atrás.
Perspectivas de futuro
A pesar de estos desafíos económicos, el informe señala que la capacidad de producción de hidrógeno a través de electrolizadores está en aumento, con una proyección de alcanzar 2 GW para finales de 2023 y un posible total de 420 GW para 2030 si todos los proyectos anunciados se materializan. China se destaca como un actor importante en esta expansión.
«Hemos visto un impulso increíble detrás de los proyectos de hidrógeno de bajas emisiones en los últimos años, que podrían desempeñar un papel importante en sectores de uso intensivo de energía, como el químico, el refinado y el acero», dice el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.
«Pero un entorno económico desafiante pondrá a prueba la determinación de los desarrolladores y formuladores de políticas de hidrógeno para llevar a cabo los proyectos planificados. Se necesitan mayores avances en tecnología, regulación y creación de demanda para garantizar que el hidrógeno de bajas emisiones pueda alcanzar su máximo potencial», amplía Birol.
No en vano, y a pesar de los avances en la producción, el informe subraya que los esfuerzos para estimular la demanda de hidrógeno de bajas emisiones no están alineados con los objetivos climáticos necesarios.
A nivel mundial, el uso de hidrógeno aumentó en 2022, pero el hidrógeno de bajas emisiones sigue siendo una pequeña fracción, representando solo el 0,6 % de la demanda total de hidrógeno. Esto significa que la producción y el uso de hidrógeno aún contribuyen significativamente a las emisiones de CO2.
Para impulsar la industria del hidrógeno de bajas emisiones, el informe sugiere una serie de medidas, incluida la entrega efectiva de apoyo gubernamental, acciones más audaces para estimular la demanda y la superación de barreras en el mercado, como licencias y permisos.
También destaca la importancia de la cooperación internacional en el establecimiento de estándares y regulaciones para los mercados de hidrógeno.
Así, la conclusión del informe es que el hidrógeno de bajas emisiones muestra un crecimiento continuo, pero se enfrenta a desafíos económicos y de demanda que requieren esfuerzos coordinados a nivel global para lograr su desarrollo sostenible y contribuir a los objetivos climáticos.