Francia se opone a posponer la entrada en vigor de los aranceles post-Brexit a los coches eléctricos enviados entre Reino Unido y la UE. El gobierno galo argumenta que este movimiento podría dar la impresión de que Bruselas está cediendo a las solicitudes británicas.
Aparentemente, lo que más preocupa a las autoridades francesas es que se envíe la señal de que un país puede abandonar la UE y a pesar de ello seguir disfrutando de los beneficios del mercado común. Actualmente, Reino Unido representa prácticamente una cuarta parte de las exportaciones de vehículos eléctricos de la UE.
De no salir adelante la exención, a partir del año que viene los coches eléctricos comercializados entre Reino Unido y la UE se verán afectados por un arancel del 10% si al menos el 45% de su valor no es de procedencia autóctona (es decir, inglés o del resto de Europa). Los fabricantes europeos están a favor de retrasar su aplicación tres años.
La postura de Francia podría costarle a la industria hasta 4.300 millones de euros, lo que afectaría a grupos como Renault y Stellantis, participados por el propio Estado francés. El resto de países miembros, liderados por Alemania, se muestran abiertos a ampliar los plazos de forma excepcional para hacer más suave la transición.
La Comisión Europea, dividida ante la situación post-Brexit
La Comisión Europea también está dividida. El francés Thierry Breton, comisario de mercado interno, afirma que la UE no debería cambiar los acuerdos del Brexit a pesar de la presión de la industria automotriz. Un enfoque que no comparte el jefe de comercio del bloque, Valdis Dombrovskis, que confía en que se pueda alcanzar un acuerdo antes de que finalice el año.
En su opinión, la imposición de aranceles entre Reino Unido y la UE sólo beneficiará a la industria china. Por este motivo, la ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles) está tratando de posponerlos, advirtiendo de que la tasa de producción de la región podría llegar a caer en medio millón de unidades durante los próximos tres años.
Aunque es cierto que la UE podría asestar un golpe mortal a la industria inglesa si Francia mantiene su posición, las represalias de Reino Unido también podrían ser catastróficas para el bloque comunitario, pues como hemos indicado antes, las exportaciones a las islas británicas continúan teniendo un enorme peso dentro del sector.
Fuente | Automotive News Europe
