Todavía no sabemos cuándo llegará, ni su diseño o características. Pero todo anticipa que el próximo miembro de la familia de Tesla desembarcará con un precio muy competitivo, que puede convertirse en el último clavo del ataúd de la industria automovilística japonesa.
La situación es cuando menos curiosa, sobre todo si repasamos la historia reciente del sector del coche eléctrico. Y es que desde principios de la pasada década, la tendencia de los coches eléctricos ha ido creciendo rápidamente, y con los fabricantes japoneses como pioneros.
Nombres como Nissan, con su LEAF, o Mitsubishi, con el incluso más madrugador i-MiEV, lograron situar a los grupos nipones en la cabeza de la industria.
Sin embargo, en pocos años la situación ha dado un giro de 180 grados, y ahora los que mandan son nombres como Tesla, BYD, e incluso grupos tradicionales como Volkswagen. Además, otras empresas tradicionales luchan por hacerse un hueco en este competitivo mercado, mientras que los japoneses no paran de menguar en cuanto a ventas y cuota de mercado.
Todo esto sucede en un momento donde el mercado del coche eléctrico está avanzando de una forma cada vez más rápida. Y como ejemplo, el lanzamiento del próximo Tesla, que es conocido extraoficialmente como Model 2.
Si Tesla cumple con lo prometido, y el Model 2 se coloca por debajo del Model 3 en cuanto a precios, podemos pensar en que se puede dar el hecho de que arranque en los prometidos 25.000 euros. Posiblemente, y tal como nos ha enseñado la historia, para llegar a ese precio tendremos que pasar la primera generación o los primeros modelos, siendo el inicio más cercano a los 30.000 euros. Pero los 39.900 euros del Model 3 son una referencia grabada a fuego, y es una marca para el propio Model 2.
Si la propuesta más económica de Tesla logra situar sus precios en torno a los 30.000 euros, sin duda será un antes y un después para un sector donde por ejemplo, el Volkswagen ID.3 arranca en los 42.740 euros en España, e incluso el extremadamente competitivo MG4, lo hace en su versión más económica en los 30.690 euros.
El Tesla Model 2 y la industria japonesa
Pero los grupos chinos son una especie aparte, y pueden permitirse bajos márgenes en su fase de expansión actual. El gran problema aquí son los grupos tradicionales, especialmente unos japoneses que por razones que nadie llega a comprender, han dado la espalda al coche eléctrico.
Esto en un mercado donde las encuestas indican que cerca del 50% de los clientes de los principales mercados mundiales tienen previsto que un coche eléctrico sea su próxima compra.
Tradicionalmente, los coches eléctricos han tenido poca demanda entre los consumidores japoneses. Sin embargo, la marca Tesla se ha vuelto cada vez más popular entre los habitantes urbanos más jóvenes y adinerados de Japón, den una tendencia que muchos comparan con la vivida en el sector de los teléfonos móviles, donde las marcas japonesas fueron arrasadas por el iPhone.
Además, en 2021, el gobierno japonés lanzó un programa para lograr una transición completa a los coches eléctricos para 2035, aumentando las ayudas públicas a la compra de estos, llegando a los 800.000 yenes, o 5.000 euros al cambio. Unas ayudas que están beneficiando a las marcas que más fuerte están apostando por los coches eléctricos.
Es por eso que las expectativas sobre el Model 2 sean muy elevadas para el mercado japonés, que demanda principalmente vehículos compactos. Unos gustos donde la nueva propuesta parece encajar perfectamente, ya que suma un previsible diseño atractivo, unas características técnicas a la altura, y un precio que se colocará al mismo nivel que los modelos con motor de combustión o los híbridos.
La cuestión son los plazos. Y es que los fabricantes japoneses han visto por fin el peligro de continuar con la vía del negacionismo, y han comenzado el diseño de planes para triplicar su producción, y evolucionar sus tradicionales sistemas de producción.
Pero si Tesla logra poner en el mercado su Model 2, con un precio de entre 25 y 30 mil euros, y lo hace antes de 2025, sin duda los grupos japoneses se quedarán sin argumentos para luchar contra una marca que habrá logrado con un lustro de diferencia una economía de escala y una reducción de costes que será muy complicado igualar.
California, el canario en la jaula
Podemos ver el futuro en la evolución de algunos mercados donde los fabricantes japoneses, como Toyota, han tenido en algunos de sus principales emplazamientos. Por ejemplo, California.
En 2017, Toyota dominaba el mercado de California con matriculaciones entre los 80.000 y 90.000 vehículos por trimestre. En aquel momento, Tesla era una molestia menor, con un volumen de apenas 4.300 unidades en el primer trimestre de ese año. Un año donde recordamos, se lanzó el Model 3.
En el segundo trimestre de 2023, la situación ha dado un vuelco total. Las ventas de Toyota cayeron en más de 20.000 desde 2017 a 67.482 matriculaciones en el segundo trimestre de 2023, mientras que Tesla aumentó a 69.212 matriculaciones, lo que le ha permitido por primera vez superar a Toyota.
Además, el Tesla Model Y se convirtió en el coche, teniendo en cuenta todas las tecnologías, más vendido en el mercado de California.
A eso se le llama un cambio histórico de un mercado, el de California, que marca la tendencia que posteriormente sigue todo el país. Segunda potencia mundial por ventas, solo por detrás de China.
Algo de lo que son conscientes grandes nombres, como el Primer Ministro japonés, Fumio Kishida, que en un artículo publicado en el diario Nikkei el pasado mes de marzo, indicaba que: «Toyota podría seguir el mismo camino que los pesos pesados corporativos del pasado en la industria de la telefonía móvil, que rápidamente quedaron fuera del mercado tras la aparición de los iPhone de Apple«.
