Si bien los coches eléctricos empiezan a ganar protagonismo en el transporte por carretera poco a poco, otros sectores todavía están lejos de llegar a los mismos niveles. Uno de ellos es el sector agrícola que, no obstante, empieza a encontrarse con soluciones de lo más interesantes y que pueden transformar por completo los métodos de trabajo en el campo.
Y eso es porque la tecnología eléctrica y la de conducción autónoma se pueden fusionar en unos tractores de nueva generación que más pronto que tarde llegarán a gran escala. El hecho de necesitar con maquinaria muy específica hace que la llegada de estas tecnologías al mundo agrícola no sea del todo fácil.
En el sector, tenemos dos actores principales: desde Taiwán, la marca Foxconn; desde Estados Unidos, Monarch Tractors, por poner dos ejemplos. Además, ambas compañías trabajan conjuntamente para sacar adelante nuevos tractores eléctricos.
La dependencia actual de los combustibles fósiles en los tractores es muy elevada, por lo que romper la barrera de la movilidad eléctrica no es tan fácil. Pero a su vez, representa una nueva área de oportunidad para los fabricantes especializados: la agricultura, viñedos, huertos, granjas solares… pueden ser nuevos territorios para la tecnología de movilidad eléctrica.
Monarch Tractors cuenta con alianzas muy concretas e importantes para sacar adelante estos tractores eléctricos y autónomos. Por ejemplo, las cámaras y sensores que utilizan sus tractores autónomos funcionan con la plataforma informática de Nvidia. Sus avances en inteligencia artificial permiten además monitorizar sus trabajos y ver datos en tiempo real.
La tecnología de conducción autónoma, por ejemplo, permite programar tareas a distancia. Algo muy importante teniendo en cuenta el contexto del sector agrícola, con zonas de trabajo remotas y muy alejadas de los núcleos urbanos, además de estar en áreas muy extensas de terreno. Se estima que pasar de un tractor de gasolina a otro eléctrico podría ahorrar unas 50 toneladas métricas de emisiones de CO2 cada año.
Foxconn cuenta con unas instalaciones propias en Lordstown, en Ohio (Estados Unidos), donde también ha conseguido una colaboración importante con Fisker para la fabricación de su vehículo eléctrico Pear. Y es que la marca taiwanesa se hizo hace un par de años con la start-up Lordstown Motors, que fracasó en su intento por sacar adelante nuevos SUV eléctricos.
Tanto Foxconn como Monarch, encargado de diseñar estos tractores, ya están produciendo sus primeros tractores eléctricos, los cuales tienen una potencia pico de 70 kW (93 CV) y pueden trabajar durante unas 10 horas de trabajo con cada carga. El precio de este tractor se sitúa alrededor de los 50.000 dólares (47.755 euros), el doble que uno de gasolina.
Fuente | Thenew.money
