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Portugal logra un récord al alimentarse solo con energías renovables durante seis días seguidos

La expansión de las energías renovables está provocando que los efectos puntuales de horas, se transformen en semanas donde éstas logran alimentar las necesidades eléctricas de países enteros. Es el caso de Portugal, que acaba de marcar un hito impresionante al funcionar durante más de seis días seguidos únicamente con renovables.

Esto ha sido posible principalmente gracias a las constantes lluvias y los fuertes vientos que han azotado la costa Atlántica en las últimas semanas. Gracias a esto, Portugal produjo energía renovable más que suficiente para abastecer a todos sus ciudadanos durante seis días consecutivos, del 31 de octubre al 6 de noviembre.

Según Hugo Costa, supervisor de EDP Renovables Portugal, la rama de energías renovables de la empresa: “Las plantas de gas estaban ahí, esperando para enviar energía, en caso de que fuera necesaria. No fue así, porque soplaba el viento, estaba lloviendo mucho, y estábamos produciendo con un impacto positivo para los consumidores porque los precios cayeron dramáticamente, casi a cero«.

Para alcanzar los objetivos climáticos del Acuerdo de París para 2050, los estados deben lograr que sus redes eléctricas operen sin emisiones no solo durante tres o seis días, sino durante todo el año. Algo que supondrá un gran reto por la intermitencia de las energías limpias.

Un puñado de países ya lo hacen, gracias principalmente a su pequeña población y fuerte aportación de la más estable hidroeléctrica. Otros obtienen tasas de producción altas en energías sin emisiones gracias a la aportación de las nucleares.

Portugal entra en un grupo diferente, iniciando su andadura de la mano de la vieja hidroeléctrica, pero sin capacidad nuclear ni planes para construirla. Eso significaba que tenía que abrirse paso de una forma diferente para reducir el uso de combustibles fósiles y apostando por las energías renovables.

¿Cómo consiguió Portugal que esto sucediera? Se comprometió a expandir sus fuentes renovables en un proyecto iniciado de forma temprana y con instalaciones frecuentes, sin altos ni bajos significativos, marcándose como objetivo la neutralidad de emisiones para 2050. Antes incluso de que la UE se marcase ese mismo objetivo.

Las últimas plantas de carbón de Portugal cerraron en 2022, dejando al gas como único respaldo de la energía bajo demanda.

El reto ahora es reducir todavía más el uso del propio gas natural como respaldo. Según los datos del gobierno portugués, el pasado año esta fuente ha ocupado el 21% de la producción eléctrica del país, y el objetivo es ir reduciendo de forma paulatina su uso hasta su total eliminación en 2040.

Pero este objetivo podría alcanzarse incluso antes de lo esperado. Según los datos de Redes Energéticas Nacionais, la encargada de la gestión global del sistema público de distribución de electricidad del país, el uso de gas natural para la producción de electricidad de Portugal cayó un 39% en los diez primeros meses del año respecto al mismo periodo del 2022. Algo que ha provocado que el consumo general de gas haya llegado a su nivel más bajo desde 2006.

Para lograr abandonar el gas por completo, Portugal se ha centrado en la diversificación de las fuentes renovables. Por ejemplo, en lugar de depender principalmente del viento, el agua o el sol, combina cada uno de ellos en la cartera y encuentra formas de hacerlos más complementarios.

Las compañías eléctricas del país ahora están buscando ampliar la generación mediante el uso de la eólica marina, ampliando las instalaciones solares y repotenciando proyectos eólicos terrestres más antiguos para sacar más provecho de las mejores ubicaciones.

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Y es que este aspecto es clave, ya que muchos proyectos eólicos en Portugal todavía funcionan con turbinas de 0.5 MW, cuando en el mercado ya se instalan de forma habitual equipos de más de 6 MW.

El objetivo es poner en marcha hasta 10 GW de potencia marina, que además tiene financiación para lograrlo, con una primera subasta de 2 GW prevista para diciembre.

También entrarán en juego los sistemas de almacenamiento en baterías. Un apartado en el que Portugal apenas ha logrado comenzar, y que se convertirá en importante de cara al un futuro con menos intermitencias.

El principal problema ahora es el escenario político. La reciente dimisión del presidente Antonio Costa, relacionado con un presunto caso de corrupción en proyectos de hidrógeno verde y extracción de litio, provocará una paralización de proyectos hasta la celebración de elecciones el próximo mes de marzo. Algo que los expertos indican «retrasará el lanzamiento y conclusión de la primera subasta de energía eólica marina del país”.

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