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El cable eléctrico más grande del mundo ya funciona y permite compartir energía eólica a 765 km de distancia

Se llama Viking Link y se trata del interconector HVDC más grande del mundo. O dicho de otra forma, el cable eléctrico más largo, con 765 km de longitud y que conecta las redes eléctricas del Reino Unido y de Dinamarca.

Se trata de un cable submarino de alto voltaje, enterrado en el lecho marino, que tendrá la capacidad futura de dar electricidad a 1,4 millones de viviendas británicas a partir de energía eólica danesa. Una forma rápida y flexible de compartir energía entre dos países, y que permite responder rápidamente a los cambios en la oferta y demanda de electricidad.

En la actualidad hay más de 400 cables submarinos que recorren 1,3 millones de kilómetros alrededor del planeta; sin embargo, el Viking Link tiene la peculiaridad de ser el más largo de su clase, con la capacidad de mover energía de un extremo del cable al otro. Existen cables que cruzan, por ejemplo, el Océano Atlántico, pero son de telecomunicaciones.

El Viking Link es el sexto interconector submarino de National Grid desde las islas británicas.

Una auténtica megaestructura bajo el mar

El proyecto que ha dado vida al Viking Link ha sido importante. Tras 2 mil millones de euros de inversión y más de 3 millones de horas de trabajo, ha sido fruto de la colaboración entre la National Grid británica y el operador danés Energinet. Además del cable, están incluidas las estaciones convertidoras a ambos lados del Mar del Norte.

Este es, por cierto, uno de los mares menos profundos, lo que ha supuesto también un reto para llevar a cabo la instalación del cable, debido a todas las medidas de protección que se han debido tener en cuenta para evitar posibles daños. El cable en sí está fabricado en cobre, acero, papel y plástico.

Inicialmente tendrá una capacidad de trabajo de 800 MW, pero se espera que alcance los 1.400 MW cuando esté operando a pleno rendimiento para el primer trimestre del 2025. Su objetivo principal será el de equilibrar las fluctuaciones de oferta y demanda en las redes eléctricas de ambos países. Con solo pulsar un botón, la potencia cambia de dirección desde un área que tiene exceso de electricidad a otra que la necesita.

Una obra de ingeniería que resulta fundamental para las futuras necesidades energéticas y que tendrá continuación más allá de este cable, que conecta Bicker Fen, en Lincolnshire, hasta Jutlandia, en Dinamarca. Una superautopista eléctrica que se quedará en muy poco si vemos al plan que se está llevando a cabo al otro lado del mundo: el Australia-Asia Power Link conectará el país oceánico con Indonesia y Singapur, con una longitud que se estima que superará los 4.000 kilómetros.

El Viking Link permitirá transferir energía eólica excedente de un lado al otro del Mar del Norte.

Para National Grid, por su parte, el «cable vikingo» es el sexto interconector que parte desde el Reino Unido. Los británicos ya cuentan con otros cables operativos que unen las islas con Francia, por partida doble, Noruega, Bélgica y Países Bajos.

Gracias a todos estos, la capacidad de interconexión de National Grid alcanzará próximamente los 7,8 GW, con capacidad para alimentar a 8 millones de hogares. Se estima que para final de la década, todos sus interconectores hayan ayudado a evitar unos 100 millones de toneladas de emisiones de carbono.

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El siguiente paso para la interconexión entre países tiene nombres y apellidos: activos híbridos marinos (OHA), que permitirán conectarse con la generación eólica marina. Si tienes curiosidad por ver todos los cables submarinos en el mundo, puedes consultar el portal Submarine Cable Map, un mapa interactivo que te lo cuenta en detalles.

Fuente | Viking Link

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