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La producción de litio se disparará en los próximos años, desplomando el coste de las baterías

Las baterías son una de las principales razones de que el coche eléctrico sea normalmente más caro que sus equivalentes con motor de combustión. Pero las proyecciones indican que los nuevos proyectos de extracción y refinado de litio permitirán aumentar exponencialmente su oferta, lo que se espera baje los precios de las baterías y los coches eléctricos hasta situarlos a la altura de los convencionales.

La gran pregunta es el cuándo. Actualmente, la demanda mundial de litio se satisface principalmente a través de minas a cielo abierto en Australia y los yacimientos por evaporación en América del Sur, dentro de lo que se llama el “triángulo del litio” que comprende a Argentina, Bolivia y Chile.

Pero eso podría cambiar en los próximos años. Estados Unidos está aumentando significativamente sus capacidades de extracción y refinación de litio. Los datos de la Agencia de Protección del Medioambiente (EPA) mostraron que hay en marcha más de 100 proyectos de extracción y refinación de litio en suelo estadounidense y en países con los que tiene acuerdos comerciales, como Canadá o México entre otros.

Según los datos de la International Council on Clean Transportation (ICCT) solamente Estados Unidos necesitaría alrededor de 340 kilotones por año (ktpa) de carbonato de litio para 2032 para cubrir la demanda de los vehículos eléctricos ligeros. Coches, furgonetas, motos…

Pero las proyecciones muestran que los proyectos en marcha, más los que están en fase construcción y planificación, multiplicará por varias veces esta cifra, siendo las estimaciones que para 2025, la capacidad de extracción y refino de litio alcance las 1.310 ktpa y 1.030 ktpa, respectivamente. Para 2032, ambas capacidades aumentarían a más de 2.000 ktpa.

Esto supone que a medio plazo, la producción y refinado de litio multiplicará varias veces la demanda del sector transporte. Algo que tendrá que ser acompañado del aumento de suministro de otros minerales críticos, como el níquel, manganeso y grafito, entre otros.

Si eso sucede, supondrá que el coste de la producción de baterías será muy bajo, pasando de los 122 dólares por kWh en pack que se estima ha tenido en 2023, a los 91 dólares/kWh para 2027, y 67 dólares/kWh para 2032.

El resultado, según estas estimaciones, es que la producción de un coche eléctrico medio, con una autonomía de unos 450-480 kilómetros homologados, debería tener un coste similar al de un modelo gasolina para el periodo 2027-2028.

Se trata de una fecha que nos puede parecer lejana en Europa, donde marcas como Volkswagen esperan que para 2030 el 80% de sus ventas sean coches eléctricos, y en 2033 sean el 100%, pero hace referencia a un mercado norteamericano que ha ido a una velocidad algo más baja que el viejo continente.

Además, muchas de las instalaciones necesitarán varios años para ponerse en marcha, y luego un tiempo para lograr su capacidad de producción máxima.

También añadir que la paridad de precio es algo muy variable, ya que esta se puede encontrar en los segmentos más altos. Pero los de acceso todavía necesitan alcanzar una velocidad de crucero en cuanto a capacidad de producción y economía de escala. Algo que como vemos, está bastante cerca.

Depende además del mercado, siendo China el ejemplo de unos costes más reducidos precisamente por la temprana y decidida apuesta del gobierno y sus marcas por ofertar coches en muy variados segmentos, no solo SUV premium. Algo que les permite disfrutar de una oferta variada, y con precios envidiables.

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