Tras Tesla, ahora Hertz cancela su pedido de coches eléctricos a Polestar

A finales del año pasado, nos hacíamos eco de la decisión del gigante de alquiler de automóviles Hertz de dar un paso atrás en los planes de electrificación de su oferta de vehículos. Hace unos años se puso como meta lograr que para finales de 2024 el 25% de su flota estuviera formada por coches eléctricos. Para conseguirlo, realizó un pedido masivo de 100.000 unidades a Tesla.

Sin embargo, su adopción resultó más complicada de lo previsto debido a los elevados costes de reparación, a una baja demanda por parte de los clientes y a la guerra de precios iniciada por Tesla a principios de 2023, que ha provocado que el valor de las unidades compradas por Hertz se desplome.

El mes pasado, la multinacional anunció que vendería un tercio de su flota mundial de coches eléctricos para adaptar la oferta a la demanda. Sólo en Estados Unidos se deshará de unos 20.000 automóviles de diversas marcas. En consecuencia, asumirá una depreciación de 245 millones de dólares. Parte de los beneficios se destinarán a la compra de nuevos modelos con motor de combustión interna.

Ahora, Hertz ha ido un paso más allá al suspender la adquisición de 65.000 coches eléctricos de Polestar durante un periodo de cinco años. Thomas Ingenlath, CEO de la marca sueca, ha confirmado que el acuerdo se congeló el pasado otoño; a cambio, Hertz no venderá sus ejemplares actuales de forma prematura o demasiado barata.

Polestar se enfrenta a una situación delicada

Ingenlath afirma que Hertz tiene la intención de reanudar las ventas, si bien ambas empresas tendrán que evaluar la situación del mercado en 2025 antes de dar dicho paso. Stephen Scherr, CEO de Hertz, señalaba recientemente que en el futuro se controlará de forma cuidadosa la demanda antes de dar luz verde a la compra de más eléctricos.

Esta noticia ha saltado a los medios apenas unos días después de que Volvo anunciara su intención de «cortarle el grifo» a Polestar, de cuyas pérdidas se hará cargo a partir de ahora la matriz de ambas marcas, el grupo chino Geely. A raíz de este movimiento, Volvo podría reducir su actual participación del 48% en la filial.

«A medida que entramos en la siguiente fase de nuestra transformación, que incluye importantes inversiones en el desarrollo y la implementación de nuevas tecnologías e instalaciones de producción preparadas para el futuro, nuestra atención se centra en el desarrollo de Volvo Cars y en concentrar nuestros recursos en nuestro propio y ambicioso viaje».

Fuente | ecomento