China está ganando la carrera del coche eléctrico
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Publicado: 20/08/2024 09:35
China vende hoy más coches eléctricos que convencionales en su territorio. Los países occidentales parecen decididos a impedir que crucen sus fronteras. ¿Por qué?
El mes pasado, China alcanzó un hito cuando las ventas de coches eléctricos e híbridos enchufables (NEV) superaron por primera vez las ventas combinadas de los modelos con motor de combustión interna. Las ventas representaron el 51,1% de todas las matriculaciones en julio, un salto gigantesco respecto de solo el 7% hace tres años.
El hito se produce tras un aumento continuo de la popularidad de los eléctricos en China durante el año pasado, incluso cuando el crecimiento en otros mercados clave, incluidos Estados Unidos y Europa, se ha desacelerado. El número de coches de “nueva energía” vendidos el mes pasado en China, 878.000, fue un 37% más que el pasado año, mientras que las matriculaciones de coches con motor de combustión cayeron un 26%.
China, el principal mercado mundial de coches eléctricos
Para poner en perspectiva el hito del 50%, la cuota de ventas de coches eléctricos e híbridos enchufables en Europa ha sido del 19% en el primer semestre de este año.
China es, con diferencia, el mayor mercado mundial de vehículos eléctricos, ya que representa tres quintas partes de todas las unidades vendidas este año. Según las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía, este año se venderán en China unos 10,1 millones de vehículos eléctricos (incluidos los híbridos enchufables), frente a los 3,4 millones de Europa y los 1,7 millones de Estados Unidos.
Todos los demás mercados combinados representan menos de 1,5 millones. La agencia prevé que las ventas mundiales de vehículos eléctricos crecerán hasta los 20 millones en 2025 y luego se duplicarán hasta los 40 millones en 2030, lo que representa el 30% de todas las ventas de automóviles en ese momento.
China ha sido un mercado líder para los vehículos eléctricos durante varios años, pero recientemente el crecimiento ha sido explosivo. El total de 10,1 millones de unidades de este año es un aumento de ocho veces en solo tres años desde 2021, cuando se vendieron 1,3 millones de vehículos. Lo que impulsa el auge es que años de subsidios gubernamentales y exenciones fiscales tanto para productores como para consumidores y una importante inversión estratégica en el desarrollo de tecnología e infraestructura significan que los vehículos eléctricos son ahora la opción de menor costo para los consumidores.
¿Por qué está en auge el mercado de coches eléctricos en China?
Según Helen Davidson, en The Guardian: «Las ventas de coches eléctricos en China rara vez hace hincapié en los beneficios medioambientales. En cambio, los argumentos se centran en la dependencia energética, los costes operativos y la amplia oferta disponible, desde los pequeños urbanos hasta los deportivos de lujo y los grandes todoterrenos premium«.
Según Tinglong Dai, profesor de negocios de la Universidad Johns Hopkins: “Los coches eléctricos son un área poco frecuente en la que China parece liderar el mundo: alta calidad y bajo precio, por no hablar de una variedad que crece de forma vertiginosa. Esta es una de las increíbles oportunidades que tiene China de dominar un mercado. Y también está en línea con los amplios objetivos medioambientales de Occidente”.
Sí, el gobierno chino está motivado en parte por factores climáticos y económicos, pero lo que es mucho más importante es que la inversión a largo plazo que ahora está dando sus frutos fue más bien un movimiento geopolítico: una forma de llegar a la cabeza de una industria dominada hasta ahora por los grupos occidentales, japoneses y coreanos, que ahora tienen en China un temible rival que ha crecido precisamente por la falta de visión de los fabricantes, políticos y consumidores de los mercados fuera del gigante asiático.
Llega la hora de las exportaciones
Los fabricantes chinos están creciendo rápidamente, especialmente en los mercados en desarrollo, y las empresas locales están invirtiendo fuertemente en expandir su capacidad de producción tanto local como fuera de sus fronteras, tanto de vehículos como del resto de la cadena de suministro (incluidas baterías y materias primas).
Países como Indonesia, Turquía, España, Brasil…y un largo etc. Sin embargo, China enfrenta serios desafíos en los principales mercados, Estados Unidos y Europa, que han aumentado los aranceles sobre los coches eléctricos con el argumento de que los subsidios estatales ilegales están distorsionando la competencia.
Estados Unidos, donde China ha logrado poca penetración de mercado, aumentó recientemente sus aranceles de importación sobre los eléctricos chinos del 25% a un intencionadamente paralizante 100%. Este ha sido parte de un paquete de medidas que incluía aumentar los gravámenes del 7,5% al 25% sobre las baterías de litio, del 0% al 25% sobre los minerales críticos, del 25% al 50% sobre las placas solares y del 25% al 50% sobre los semiconductores.
En Europa, hemos seguido con cierta distancia el juego americano, aunque con algunas diferencias, con aranceles que varían según el nivel de colaboración de los fabricantes con la UE en la investigación sobre las presuntas ayudas a los grupos chinos.
Aquí, los vehículos eléctricos chinos han logrado abrirse paso lentamente, y según datos de la UE, la cuota de mercado de los coches eléctricos importados de China (incluidos los fabricados en el marco de empresas conjuntas con empresas europeas) aumentó del 4% en 2020 al 25% en septiembre de 2023, lo que hace que las exportaciones chinas de eléctricos a Europa el año pasado asciendan a unos 10.000 millones de euros.
Opinión
Ahora, esta implantación corre el riesgo de frenarse con los nuevos aranceles que solamente favorecerán a los grupos locales, que podrán estirar un poco más el chicle del motor de combustión, y pueden seguir vendiendo coches con los precios artificialmente inflados.
Un aspecto que está teniendo consecuencias, como la ralentización de la implantación del coche eléctrico, que pone en riesgo los objetivos climáticos de la propia UE, que se ha puesto la zancadilla a sí misma con unos aranceles que curiosamente no se han subido a los coches chinos con motor de combustión.
Una zancadilla que pagaremos entre todos con coches más caros durante más tiempo.