Para muchos, el hidrógeno es el futuro, pero cada vez se venden menos coches
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Publicado: 19/08/2024 10:21
En una conversación con personas poco convencidas del coche eléctrico, suele aparecer la baza del hidrógeno como alternativa a los eléctricos a batería. Un argumento basado en la desinformación de algunas marcas para distraer al gran público y seguir vendiendo sus coches con motor de combustión. Pero la realidad es que las ventas de modelos a hidrógeno no solo no crecen, sino que incluso están retrocediendo, eso a pesar de que en algunos mercados los descuentos son muy intensos.
Según un análisis de la consultora coreana SNE Research, las ventas de coches de pila de combustible (FCEV) en todo el mundo cayeron más de un 25% en el primer trimestre de 2024, con apenas 5.600 unidades en los tres primeros meses del año.
Esta son cifras ridículas comparadas con prácticamente cualquier tecnología, tanto diésel, gasolina, híbridos, pero también coches eléctricos o híbridos enchufables.
Por ejemplo, solo en el mes de julio se han vendido en China 879.000 coches eléctricos e híbridos enchufables. En Alemania, a pesar del hundimiento de las ventas, han sido 30.762 unidades. En España han sido 3.990 unidades en julio, o 11.669 unidades en el primer trimestre de este año.
El fabricante con mayor número de ventas ha sido Hyundai, con 1.836 unidades del Nexo y Elec City en el primer semestre, un 42,6% menos que en el mismo período del año pasado.
Por su parte, uno de los grandes defensores de la tecnología, Toyota, apenas ha llegado a las 1.284 unidades del Mirai y del Crown, con un descenso del 44,9% interanual. Esto a pesar de las ofertas que reducen el precio del Mirai un 50% en algunos mercados.
Los fabricantes chinos tampoco están despegando a pesar de su inversión, y el más popular ha sido la marca Haima, que apenas ha logrado superar las 23 unidades, mientras que el resto de marcas se han centrado en el sector industrial, con matriculaciones simbólicas.
El principio del fin del hidrógeno en el transporte ligero
Después de alcanzar su punto máximo en 2022 , el mercado de los coches a hidrógeno registró una caída del 20,7% en 2023, y la tendencia a la baja se ha intensificado este año.
El mercado interno coreano, que continúa liderando el mercado en términos de cuota de mercado de vehículos de hidrógeno, está experimentando una disminución continua en las ventas, lo que resulta en una contracción general del mercado.
Según el informe: «La fluctuación del precio del hidrógeno, el aumento del coste del repostaje y la falta de infraestructura, todo lo cual dificulta el uso de los vehículos de hidrógeno por parte de los consumidores, se consideran las principales razones de esta caída en el mercado del hidrógeno«.
El coste del hidrógeno
El coste del repostaje, junto con la falta de infraestructuras, frenan totalmente cualquier posibilidad de una tecnología que se enfrenta a otros retos, como el elevado coste de los vehículos, y los astronómicos costes de mantenimiento en caso de imprevisto por la absoluta falta de mano de obra cualificada para mantener esos complejos sistemas.
Solamente hablando del coste del hidrógeno, en el mercado más avanzado de Europa, Alemania, el coste va desde los 9.99 euros el kilo en las estaciones más económicas, hasta los 17.7 euros el kilo en las más caras, con una media de unos 15 euros el kilo.
Esto supone que un vehículo con un consumo medio de 1 kilo de hidrógeno cada 100 km, tendrá un coste de entre 9.99 euros y los 17 euros cada 100 km. Una cifra que incluso supera a los modelos diésel o gasolina, y que se coloca muy por encima de los coches eléctricos cargados usando la red pública rápida.
Por ejemplo, el coste medio de la carga rápida pública sin ninguna suscripción ronda los 45 céntimos el kWh, por lo que un coche eléctrico medio con un consumo de 18 kWh a los 100 km reales, tendrá un coste de 8 euros cada 100 km. Con la diferencia de que este podrá buscar alternativas más económicas, como la carga residencial, o las redes de carga rápida de bajo coste, mientras que el hidrógeno será un oligopolio como los combustibles fósiles.
Fuente | SNE