Los coches eléctricos de segunda mano hunden sus precios un 20% en pocos meses

El crecimiento de las ventas de los coches eléctricos, a pesar de excepciones como Alemania o España, no para de crecer, algo que tiene su efecto en el valor de los coches de ocasión que no paran de perder valor de forma sustancial en un fenómeno que afecta a particulares, y principalmente a las empresas.

Los coches eléctricos de segunda mano hunden sus precios un 20% en pocos meses
Renault Megane cargando en un Supercargador de Tesla

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Publicado: 04/09/2024 14:16

El mercado de los coches eléctricos de segunda mano atraviesa actualmente un período convulso. Según datos de la consultora francesa Indicata, los precios de los coches eléctricos usados ​​sufrieron una espectacular caída del 20% entre principios de 2023 y mediados de 2024. Esta caída puede explicarse por varios factores.

En primer lugar, la oferta de coches eléctricos usados ​​está creciendo rápidamente, mientras que la demanda no logra seguir el ritmo. Este desequilibrio entre oferta y demanda ejerce presión a la baja sobre los precios de los modelos de ocasión.

En segundo lugar, la guerra de precios iniciada por Tesla a principios de 2023, y seguida con intensidad por los chinos, tiene repercusiones directas en el mercado de segunda mano. Al bajar drásticamente los precios de sus vehículos, Tesla provocó un efecto dominó en todo el mercado. Los propietarios de Teslas usados ​​han visto caer drásticamente el valor de sus vehículos.

Esta situación afecta de diferentes maneras a los actores del mercado del automóvil:

  • Particulares: La mayoría de los compradores de coches eléctricos optan por fórmulas de alquiler (LOA, LLD), que les protegen en parte de la depreciación. Sin embargo, quienes compraron su vehículo pueden sufrir pérdidas importantes en la reventa.
  • Distribuidores: Se encuentran con existencias de segunda mano que son difíciles de vender a precios atractivos, especialmente en comparación con los modelos nuevos cuyos precios han bajado.
  • Empresas de alquiler profesionales: Se ven especialmente afectadas por esta situación. Hertz, por ejemplo, anunció pérdidas de 150 millones de dólares relacionadas con la depreciación de su flota Tesla. Sixt también reveló que los coches eléctricos fueron responsables de 40 millones de euros de pérdidas en 2023 .

Varios elementos exacerban este problema del valor residual. En primer lugar, la rápida evolución de la tecnología: los nuevos modelos suelen ofrecer mejores prestaciones (autonomía, carga) que sus predecesores, lo que devalúa rápidamente los modelos antiguos.

También entran en juego las ayudas públicas, que ha permitido a determinados compradores beneficiarse de importantes cantidades, hasta 7.000 euros en España, pero hasta 13.000 euros en Francia, para la compra de modelos nuevos.

Por último, los cambios generacionales. Por ejemplo, el popular Renault ZOE será sustituido por un R5 que llegará con mejores prestaciones y mayor atractivo general, pero que será incluso más económico que el ZOE. Algo que tendrá un irremediable impacto en el valor residual del compacto francés.

Adaptarse o morir

Ante estos desafíos, los involucrados en la industria intentan adaptarse:

  • Fabricantes: algunos, como Renault, han bajado los precios de sus modelos eléctricos (hasta 4.600 euros de reducción para el Mégane eléctrico a principios de 2024).
  • Empresas de renting: pueden optar por aumentar los precios de las cuotas para compensar las pérdidas de reventa, pero esta estrategia hará colapsar la demanda y la gente se inclinará por otras alternativas.
  • Compradores: Cada vez son más los que recurren a opciones de renting que les protegen de la depreciación. Pero tienen el hándicap del anterior punto sobre el aumento de las cuotas.

A pesar de estas turbulencias, muchos expertos creen que esta situación es transitoria. A medida que los coches eléctricos se vuelven más populares y su precio de compra se acerca al de los vehículos térmicos, el mercado de segunda mano debería estabilizarse.

Este difícil período podría incluso verse como un mal necesario para lograr una verdadera democratización de la movilidad eléctrica. De hecho, la caída de los precios en el mercado de segunda mano hace que estos vehículos sean más accesibles a un mayor número de consumidores.