Cinco estados europeos destinan 42.000 millones de euros al año en subsidios a los coches de empresa diésel y gasolina

Los cincos primeros mercados de Europa destinan ingentes cantidades de dinero a subvencionar a la industria petrolera, con ayudas a la compra de coches de empresa diésel o gasolina.

Cinco estados europeos destinan 42.000 millones de euros al año en subsidios a los coches de empresa diésel y gasolina
Imagen generada por la IA Dall-E

4 min. lectura

Publicado: 21/10/2024 09:12

Mientras se retiraban o reducían programas de incentivos a la compra de vehículos eléctricos, los cinco principales mercados europeos seguían gastando ingentes cantidades de dinero en subsidios a los coches diésel y gasolina. Un absurdo en medio de una emergencia climática que explica muchas cosas en la chapucera apuesta de Europa por el coche eléctrico.

El informe ha sido realizado por la organización Transport & Environment (T&E), que ha indicado que las cinco principales economías de Europa, Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y Reino Unido, han gastado el pasado año más de 42.000 millones de euros en ayudas a la compra de coches de empresa dotados de motores de combustión interna.

Estas aportaciones incluyen desde desgravaciones fiscales en la compra, y en el combustible, lo que supone un agravio comparativo con los coches eléctricos, que en muchos mercados, como Alemania, se han quedado sin subsidios públicos el pasado año.

Los conductores de coches de empresa reciben una desgravación fiscal media anual de 6.800 euros, que puede llegar hasta los 21.600 euros en el caso de los modelos más contaminantes de mayor tamaño. Y es que cuánto más grande es el coche, y más caro, más ayuda recibe.

Subsidios a los coches de empresa diésel o gasolina

Estos vehículos de empresa representan el 60% de las ventas de coches en Europa, y son una parte fundamental para cualquier tecnología, y su importancia se ve reflejada en el fuerte apoyo de los gobiernos que entregan subsidios presionados por los fabricantes.

Italia es la que más dinero gasta en este aspecto, y cada año destina 16.000 millones de euros en subvenciones para coches de empresa que utilicen combustibles fósiles. Le sigue Alemania, que llega a los 13.700 millones de euros, Francia, con 6.400 millones, Polonia, con 6.100 millones.

Según el estudio, solo cuatro países se destinan alrededor de 15.000 millones de euros a subvencionar los SUV y todoterrenos.

Según el Director de flotas de T&E, Stef Cornelis: «Es completamente ilógico y absolutamente inaceptable que sigamos invirtiendo miles de millones de dólares de los contribuyentes en una tecnología que es completamente contradictoria con la agenda de transición verde de la Comisión Europea«.

Ayuda por tipo de coche

El estudio se publica en un momento en que las ventas de coches eléctricos en Europa han caído, en parte porque son más caros que los modelos equivalentes que utilizan combustibles fósiles y, por lo tanto, están fuera del alcance de muchos consumidores.

Las ventas de coches eléctricos cayeron un 43,9% en la Unión Europea en agosto, ya que sus mayores mercados de vehículos eléctricos, Alemania y Francia, registraron caídas del 68,8% y el 33,1% respectivamente, según datos de la industria.

El estudio de ERM ha puesto sobre la mesa que solo un país ofrece ayudas a los coches de empresa cuando estos son sustituidos por uno eléctrico, Reino Unido, mientras que el resto no lo hacen.

Fuente | Transportenvironment

Carlos Noya

La opinión de Carlos Noya

Sin duda es una situación totalmente absurda, donde vemos medidas como la del gobierno de Alemania de retirar las ayudas al coche eléctrico se justificó por cuestiones presupuestarias, con un coste de 2.100 millones de euros en 2023, mientras se gastaba 13.700 millones en ayudas solo a la compra de coches de empresa diésel y gasolina, y sin contar con otros incentivos y subsidios a la industria de los combustibles fósiles.

No se salva España, que a pesar de sus buenas cifras en esta comparativa, 1.600 millones entre deducciones fiscales del IVA, deducción del impuesto de beneficio en especie, y la depreciación, que podemos comparar con los apenas 400 millones de euros que tiene el Plan MOVES III cada año, y en el caso de los combustibles fósiles, los requisitos de acceso y burocracia es mucho menor.

Por eso, cuando alguien critique los 4.500 euros que tiene de ayuda un coche eléctrico en España, se le puede recordar los 6.800 euros en subsidios de media que recibe un coche diésel o gasolina de empresa, que puede llegar a los 21.600 euros en el caso de los más contaminantes.