Según Renault, Europa debe colaborar con China en el sector del coche eléctrico, no iniciar guerras comerciales

El presidente de Renault, Luca de Meo, ha apostado por que Europa colabore y no se enfrente a China en la transformación del sector del automóvil, que camina irreversiblemente hacia la electrificación.

Según Renault, Europa debe colaborar con China en el sector del coche eléctrico, no iniciar guerras comerciales
Luca de Meo, presidente de Renault

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Publicado: 28/10/2024 11:56

El presidente de Renault, Luca de Meo, ha realizado unas interesantes declaraciones durante su presencia en el Salón del Automóvil de París, donde ha indicado que Europa no debe dar la espalda a China y frenar su avance con barreras comerciales, sino abrir sus miras y colaborar con el gigante asiático para aprovechar todo su potencial.

Según de Meo: «Los europeos deben entablar un diálogo con China y conectarse con el ecosistema chino para sacar lo mejor de él, en un espíritu de cooperación«.

El propio directivo ha indicado la importancia crucial de una mentalidad abierta y el trabajo en equipo en la industria automovilística actual, en un posicionamiento que contrasta con la de otros actores importantes, como Carlos Tavares de Stellantis, quien mencionó los riesgos de cierre de fábricas ante la competencia china.

De Meo, por su parte, ve una oportunidad al alentar a la industria europea a aprender de sus rivales asiáticos y copiar sus mejores desarrollos.

El máximo responsable de Renault ha tirado de hemeroteca, y ha recordado como en el pasado, los grupos europeos ya aplicaron esto. Por ejemplo, Citroen o Fiat copiaron el sistema de producción en cadena de Henry Ford a principios del siglo pasado.

Línea de producción de BYD

Ahora, Europa debería mirar al otro lado del mundo, con una China que se ha convertido en la referencia no solo comercial, sino también tecnológica, además de contar con una visión a corto, medio y largo plazo por parte de su gobierno, que ha apoyado con ayudas masivas a sus fabricantes con subsidios, y a los consumidores con ayudas directas. Unos consumidores que pueden acceder a los coches con unos precios dos o tres veces más bajos que en Europa.

Y es que China ha desarrollado una industria vertical donde controla la mayor parte de la cadena de suministro. Una ventaja difícil de igualar por parte de Europa, lo que lleva al Sr de Meo a plantear las alianzas con los grupos chinos para lograr acceder más fácilmente a su ecosistema.

Por ejemplo, China controla el 75% de la producción mundial de baterías para coches eléctricos. También tiene acceso propio a tierras raras o al procesamiento del litio, usadas en baterías y motores eléctricos, lo que le convierte en la principal referencia industrial del mundo, con mucha diferencia.

Una colaboración con los actores chinos, mediante la cual los fabricantes europeos podrían acelerar su transición energética. Esto podría dar lugar a asociaciones tecnológicas, empresas conjuntas para la producción de baterías o incluso acuerdos sobre el suministro de materias primas estratégicas.

Preservar el empleo en Europa

Producción del CUPRA Born en Zwickau

Una de las grandes dudas sobre abrir las puertas a China es sobre la capacidad de los grupos europeos de ser competitivos y poder mantener su producción y puestos de trabajo frente a una competencia china mucho más capaz en cuanto a costes.

El problema es que, antes o después, estos grupos estarán presentes con sus propias plantas en Europa, lo que hará que los fabricantes locales tengan que enfrentarse cara a cara con ellos, y con un producto muy inferior técnica y económicamente.

Algo que avisa de los peligros de las soluciones a corto plazo, como los aranceles, que pueden dar una pequeña ventaja, pero azuzar la competencia desde el gigante asiático para reducir más sus costes y compensar esos aranceles, con el impacto que esto tendrá a posteriori, cuando no haya aranceles.

Será entonces cuando Europa pierda totalmente su capacidad industrial en el sector del automóvil, tomado totalmente por los grupos chinos. Algo que sin duda tendrá su impacto en el empleo.

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Carlos Noya

La opinión de Carlos Noya

La visión de Luca de Meo para la industria automovilística europea es ambiciosa, pero no está exenta de riesgos. Sin embargo, refleja una conciencia de la necesidad de adaptarse a un panorama automovilístico que cambia a la velocidad de la luz.

La electrificación masiva del transporte es inevitable. Frente a esta realidad, Europa debe encontrar su lugar entre una China dominante en tecnología de baterías, y Estados Unidos, a la cabeza en software y conducción autónoma, por ahora, y donde la estrategia de “coopetición” una palabra a medio camino entre colaboración y competición, propuesta por De Meo, podría permitir a Europa cerrar su brecha tecnológica preservando al mismo tiempo sus activos históricos: diseño, calidad de fabricación y experiencia de conducción.

El tiempo dirá si este enfoque permitirá a la industria automovilística europea seguir siendo competitiva en el escenario mundial. Una cosa es segura: el status quo ya no es una opción en un mercado en plena revolución eléctrica, donde el valor de marca se está diluyendo a marchas forzadas.